De verdad, a mitos
Señales de la apostasía
Por: Dr. Félix Muñoz
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio - 2 Tim 4:1-5 (RVR)”.
"La verdad evidencia en si misma lo que es en si, verdad" – F.M.
Para comprender claramente el texto arriba mencionado, hay que hacer un respectivo estudio del contexto inmediato. El apóstol Pablo, al observar contextualmente, expresa a Timoteo cual debe ser la preocupación de un soldado de Cristo y cuál es el carácter, obras e intenciones de los falsos maestros (2 Tm 3:1-9), luego de ello sigue en su exposición inspirada por el Espíritu de Dios hablando sobre la protección bíblica eficaz y capacitadora que el creyente debe tener contra la apostasía (2 Tim 3:10-17). Ahora Pablo, según (2 Tim 4:1-5) luego de tales afirmaciones, plantea a Timoteo el encargo que le fue otorgado a tal soldado de Jesucristo.
Al Pablo expresar “Te encarezco” comunica la idea de una afirmación legal la cual está establecida por “Dios” y como testigo de la misma el “Señor Jesucristo” este era el proceso de una evidencia estable la cual afirmaba según la Ley, la cultura e historia judía la credibilidad de un argumento, ya fuera escrito o verbal, para que el mismo tuviese credibilidad. En tal afirmación legal divina, va de la mano una pronunciación de juicio, tanto a vivos como a los no vivos, esto da a entender que la Palabra de Dios tiene la capacidad de dar a entender y discernir todo verazmente en su perfecto regreso y reinado del milenio.
Otra de las afirmaciones expuestas (v.2) es que el soldado de Cristo debe “predicar la palabra” esto comunica que todo cristiano tiene la responsabilidad de hablar el cuerpo entero de la verdad revelada en la Escritura, no un concepto; y este debe hacerlo “insistentemente a tiempo y fuera de tiempo” aprovechando todo el tiempo necesario en preparación (estudio) de la Palabra de Dios para así exponerla, y de esa manera llevar a cabo varios puntos importantes tales como:
1- Redargüir: que en si es, hacer la corrección correspondiente de lo que al pecado significa.
2- Reprender: publicar la verdad urgentemente y mostrar las verdades divinas las cuales disipan la mentira.
3- Exhortar: redargüir y reprender se debe hacer con delicadeza, y la exhortación aquí representa que el mensaje no se debe cambiar aunque este no sea bien recibido (eje: Gal 4:16). Por ello dice que se debe hacer con toda paciencia y doctrina.
¿Porque tal urgencia de exponer la doctrina verdadera del Señor Jesucristo? “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina” (v.3). La sana doctrina (enseñanza saludable) pertenece a principios primordiales tales como: La salvación del pecador arrepentido y la Santificación del mismo. La respuesta a ello es la cruz para ambos, es el único medio el cual Dios eligió para ello (Heb 10:14). ¿Por qué no sufrirán la sana doctrina? “teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” Originalmente Comezón de oír se puede traducir también como “comezón en los oídos”. La expresión ilustra a personas volubles con un deseo irritante de escuchar ideas que se adapten a sus propios caprichos o perversiones. Tan grande es este anhelo que hasta amontonan un falso maestro tras otro, recordando lo sucedido con el pueblo de Israel (Jer 5:31). Esto da a entender como las personas tienen el deseo de oír las palabras suaves y agradables, tratando de recompensar generosamente al hombre que se compromete para hacerlo; los oyentes de este tipo han rechazado la Verdad (que reprende, redarguye y les exhorta) por la mentira (que les acomoda su corrupta conciencia a sus placeres personales).
Por causa de tales exponentes corruptos y vacíos de Verdad y llenos de mentira, los que desean oír palabras hermosas que les levante el ánimo y los lleven al éxito” apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” Fábulas o “mitos”. En contraste con la sana doctrina, llamada así porque promueve la salud espiritual y el cambio de vida mediante la verdad redentora de Dios, muchos hoy, como entonces, optan por ideas fantásticas o ingeniosas que causen sensación y los halaguen o se adapten a sus gustos; siempre que no se les requiera cambiar su estilo de vida. Aquellos que siguen a los falsos maestros no solo se tapan los oídos a la Verdad (Jn 3:20), sino que procuran siempre mantenerse fuera de contacto con la misma. Y por esa razón siguen “fabulas” (mitologías. Eje 1 Cor 1:18).
En medio de tanta apostasía, la palabra exhorta al creyente a ser “sobrio en todo, soportar las aflicciones, hacer obra de evangelista, y cumplir con su ministerio” esto conlleva la idea de mirar su propia vida si está acorde a la Verdad del ministerio bíblico y contraria a la falsedad que se proclama en contra. Al exponer sobre las “aflicciones” Pablo transmite el pensamiento de no permitir que las privaciones, dificultades o inquietudes obstaculicen el desenvolvimiento de la Verdad al expresarla; esta es una orden absoluta dada con una tonalidad militar brusca; Wuest dijo en una ocasión: “Como necesitamos hoy ese mandato en el ministerio de la Palabra. Que ‘blando’ somos a veces, temerosos de proclamar abiertamente la Verdad y nuestra oposición en cuanto a la doctrina errónea, temerosos de ser rechazados por nuestros compañeros, el disgusto Eclesiástico de los presuntos líderes religiosos o hasta la eliminación de nuestros ingresos financieros inmediatos [Yo prefiero andar solo con Jesús que estar en una muchedumbre, sin Su compañerismo]”.
Este debe ser el sentir del creyente hoy día, hacer esa “obra de evangelista, y cumplir así con su ministerio”, El término evangelista no está explicado, pero se podría deducir que se trata de la proclamación auténtica del evangelio, tal como Pablo había enseñado, sin hacer diferenciación entre “evangelizar” y “discipular”. El término evangelista no está usado aquí como el don, sino como una función que se debe asumir como parte de su tarea. Eso es, proclamar las buenas nuevas (la Verdad) y que la vida del mismo exponente este acorde con ella.
Este debe ser el sentir del creyente hoy día, hacer esa “obra de evangelista, y cumplir así con su ministerio”, El término evangelista no está explicado, pero se podría deducir que se trata de la proclamación auténtica del evangelio, tal como Pablo había enseñado, sin hacer diferenciación entre “evangelizar” y “discipular”. El término evangelista no está usado aquí como el don, sino como una función que se debe asumir como parte de su tarea. Eso es, proclamar las buenas nuevas (la Verdad) y que la vida del mismo exponente este acorde con ella.
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