Lex Talionis
Por: Dr. Félix Muñoz
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por
diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que
te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera
ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera
que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale;
y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses – Mt 5:38-42 (RVR)".
Las
expresiones son en una parte “hipérbole” pues los discípulos no participarían
en conductas que pudieran de manera inmediata hacerles perder sus hogares (2
Cor 11:20). La hipérbole tenía el propósito de provocar a los oyentes a
considerar la naturaleza radical de lo que se estaba diciendo: “Jesucristo
estaba llamando literalmente avalorar de manera suprema las relaciones y a
desestimar las posesiones”. (La enseñanza es el desprendimiento absoluto motivado
por el amor; cf. Mt 5:43-44)
La ley de
talión (Lex tailonis) establecía justicia exacta (Éx21:24; Lv 24:20; Dt 19:21).
La misma no pretendía la venganza personal, sino que se enfocaba en proteger al
ofensor de un castigo más severo que el merecido por su ofensa. Jesús prohíbe
la venganza al instar sobre las actividades positivas al enfrentar el mal que nos
llegue en forma de un insulto personal (v.39), una acusación legal (v.40),
trabajo forzado (v.41) y peticiones de préstamo y ayuda (v.42). El principio de
la ley del talión servía para prevenir la extrema brutalidad al exigir
retribución, en el antiguo medio oriente se acostumbraba quitarle la vida a
aquel que causaba un perjuicio como retribución por los daños ocasionados. La ley
Mosaica limitó tal retribución. En la época de Jesús, los fariseos interpretaron
la ley en el sentido de que cada persona debía pagar una compensación
equivalente al daño causado al afectado.
Histórico
culturalmente “cualquiera que te hiera en la mejilla derecha”, tal golpe era el
insulto más agraviante que existía en los tiempos antiguos (aparte del severo
daño físico que causaba), y en muchas culturas figuraba junto a otras leyes del
“ojo por ojo” y tanto las leyes judías como romanas permitían promover una
causa judicial por tal ofensa (1 Ry 22:24; Is 50:6).
Haciendo un análisis
léxico sintáctico de ojo por ojo, y diente por diente (ophthalmon
antiophthalmou kai odonta anti odontos). Nótese anti con el concepto de cambio
o sustitución. La cita procede de Éxodo 21:24; Deuteronomio19:21; Levítico
24:20. Del mismo modo que con el divorcio, esta justalionis (ley del talión) es
una restricción al impulso de una venganza desmesurada. «Limitaba la venganza
demandando una compensación exacta por un perjuicio». En la Mishná se permite
una compensación monetaria. En la actualidad la ley de la venganza existe en
Arabia. Lugo de ello Cristo sigue diciendo: No resistáis al malvado (më
antistënai töiponëröi). Pero, ¿se trata del hombre malvado o del acto malvado?
El caso dativo está en la misma forma tanto en masculino como en neutro. En
RVR77 se traduce «No resistáis al malvado»; en RV, «No resistáis al mal». Los ejemplos
son dados de los dos extremos.
Jesús
protestó cuando fue golpeado en la mejilla (Jn 18:22). Y Jesús denunció a los
fariseos (Mt 23) y resistió siempre al diablo. El lenguaje de Jesús es fıgurativo
y no debe ser apremiado con excesiva literalidad. Las paradojas nos sobresaltan
y nos hacen reflexionar. Se espera de nosotros que consideremos las otras
facetas. Una cosa está ciertamente indicada por Jesús, y es que la venganza
personal nos está quitada de las manos, y esto se aplica a la «ley de Lynch».
Las guerras agresivas u ofensivas por parte delas naciones quedan también
condenadas, pero no necesariamente la guerra defensiva ni la defensa en contra
del robo o del asesinato. El pacifismo profesional puede constituir el reflejo
de una mera cobardía.
Las
declaraciones “quitarte la túnica, déjale también la capa”. Hablaba de las
personas más pobres del imperio los cuales la gran mayoría eran labriegos en
Egipto y tenían solamente una prenda interior y una exterior, y el robo de una
túnica conduciría a un reclamo legal. Aunque las condiciones en la Palestina
del primer siglo no eran tan malas, estas declaraciones expuestas por Jesucristo
indicaban que era preferible despojarse de todas las posesiones aun (hiperbólicamente)
de la propia ropa, a fin de evitar una disputa legal que afectara únicamente a
la persona como tal. Cristo da el consejo a pesar de la realidad que, bajo la
ley judía, un reclamo legal para recuperar su túnica sería un caso ganado para
cualquiera. Un acreedor no podía tomar la túnica de una persona pobre, la cual
podría servirle a esa persona como su única manta en la noche, y al mismo
tiempo como su vestimenta (Éx 22:26-27). La túnica… también la capa (ton
chitöna sou kai to himation). La «túnica» era realmente una especie de prenda
interior, y podía ser exigida como prenda. Un ladrón se apoderaría más bien de
la prenda exterior (la capa). Si se pierde por proceso de ley la prenda
interior, la exterior también se va (la más valiosa).
Luego Cristo
hace otra aclaración “cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla”. Históricamente
los soldados romanos tenían el derecho legal de expropiar el dinero producto
del trabajo personal, o del trabajo animal como también los bienes de los
residentes locales (cf. Mr 15:21). Aunque la expropiación quizá no sucedía a
menudo en Galilea sino en otras partes, y el pensamiento de que podía suceder
sería suficiente para hacer prestar atención a los oyentes frente a este
ejemplo de no resistencia y hasta deservicio dispuesto para el opresor. La
jerarquía judía favorecía el “statu quo” con Roma; algunos revolucionarios querían
rebelarse. La mayoría de los judíos de Palestina en este tiempo querían la
libertad, pero no eran revolucionarios. No obstante, para el 66 d.C. La
Palestina judía se vio envuelta en una guerra, y para el 70 d.C. La sabiduría
del consejo de Jesucristo se hizo evidente: Roma ganó la guerra, y los judíos,
conducidos a la derrota por los revolucionarios, fueron aplastados (Josefo:
Guerra delos judíos).
Al ver en
los originales griegos las palabras: Te obligue (aggareusei).La Vulgata tiene
angariaverit. Es una palabra de origen persa, y significa correos públicos o
mensajeros montados (aggaroi), que eran estacionados por el rey de Persia en
localidades fijas, con caballos dispuestos para su uso, para enviar mensajes
reales de un lugar a otro. Así, si alguien pasaba cerca de una estación de
posta, un oficial podía salir y obligarle a ir a otra estación para llevar un
recado del rey. Esto recibía el nombre de requisición de servicio. Esto mismo
es lo que fue hecho con Simón de Cirene, que fue obligado a llevar la cruz de
Cristo (Mt. 27:32, ëggareusan).
“Al que te
pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses”. Cristo aquí
habla sobre los mendigos los cuales estaban en todas las partes de la biblia y
de los cuales se pone énfasis en dar a los necesitados (Dt 15:11; Sal 112:5-9;
Prv 21:13).Dios se ocuparía de las necesidades de aquellos que ayudaran a los
pobres (Dt 15:10; Prv 19:17; 22:9; 28:8). Las leyes bíblicas contrala usura y
especialmente en relación con el préstamo a los pobres antes del año del
jubileo (Dt 15:9; cada séptimo año las deudas debían perdonarse; cf. Lv 25)
respaldan el principio que plantea Cristo aquí, pero él va aún más lejos al
poner énfasis en la actitud de dar de manera desinteresada (Lc 6:35).
Originalmente Cristo hablo en el sentido de: No lo desatiendas (më
apostraphëis). «Éste es uno de los más claros ejemplos de la necesidad de
aceptar el espíritu y no solo la letra de los mandamientos del Señor (Ver
Mt5:32, 34, 38). No es sólo dar limosna de una manera indiscriminada que haga
en realidad daño a la sociedad, sino que las palabras tienen que abarcar mucho
más que dar limosna». Recordemos una vez más que Jesús era un maestro que se
dirigía al pueblo, esperando que los hombres comprendieran sus paradojas. En la
caridad organizada de la vida moderna estamos en peligro de dejar que se seque
la leche de la bondad humana.
Todo esto
recae bajo el principio del amor divino “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo,
y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid
a los que os mal dicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que
os ultrajan y os persiguen.”
Aborrecerás a
tu prójimo (kai misëseis). Esta frase no se encuentra en Levítico19:18: era una
enseñanza esenia que Jesús repudia absolutamente. El Talmud no dice nada de
amar a los enemigos, pero tampoco hay ninguna orden positiva a aborrecerlos. En
Romanos 12:20 Pablo da una cita de Proverbios 25:22 para demostrar que
deberíamos actuar bondadosamente. Jesús nos enseñó a orar por nuestros
enemigos, y él mismo lo hizo mientras colgaba en la cruz. Nuestro término
«prójimo» proviene de «próximo», uno que está cerca, como aquí el término
griego plësion. Pero con frecuencia la proximidad significa lucha, y no amor.
Los que tienen tierras o casas vecinas pueden tener una gran hostilidad entre
sí. Los judíos llegaron a considerar como sus prójimos a los miembros de la
misma tribu, e incluso a los judío sen todo lugar. Pero aborrecían a los samaritanos,
que eran medio judíos y vivían entre Judea y Galilea. Jesús enseñó a los hombres
cómo actuar como prójimos en la parábola del Buen Samaritano (Lc. 10:29ss.).
¿Cuál es el
fin de esta enseñanza? Cristo mismo lo expresó “Sed... perfectos, como vuestro
Padre que está en los cielos es perfecto- Mt 5:48”Perfectos (teleioi). La
palabra proviene de “telos”, fin, meta, límite. Aquí es la meta puesta ante
nosotros, la norma absoluta de nuestro Padre Celestial. Esta palabra se emplea
también de la perfección relativa de los adultos en comparación con los niños.
Es decir quela meta divina o el fin esperado de Dios para nosotros es que
sigamos el ejemplo divino revelado en la persona del Hijo de Dios “Jesucristo” aqui
en la tierra basados en una vida plenamente rendida a Él.
“El que dice
que permanece en él, debe andar como él anduvo – 1 Jn2:6 (RVR).”
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