Sustento al necesitado;
Por: Dr. Félix Muñoz
"En cuanto a la ofrenda para los santos, hagan
ustedes también de la misma manera que les ordené a las iglesias de Galacia. El
primer día de la semana, cada uno de ustedes guarde algo en su casa, atesorando
en proporción a cómo esté prosperando, para que cuando yo llegue no haya
entonces que levantar ofrendas. Cuando yo esté allí, enviaré a los que ustedes
aprueben por cartas, para llevar su donativo a Jerusalén - 1 Cor 16:1-3 (BMH)".
La expresión santos que es mencionada en este
pasaje, hace referencia a los cristianos pobres de la ciudad de Jerusalén (v.
3). Esta ofrenda no era como la que se acostumbraba y en la que todos los
judíos del mundo enviaban cada año para el templo. Esta ofrenda se hizo solo
una vez, no fue obligatoria y se destinó a los pobres. Pablo estaba muy
interesado en promover la unidad entre las iglesias gentiles y la iglesia
judía. La necesidad por la que pasaba la iglesia judía les brindó una excelente
oportunidad para demostrar el amor cristiano y promover así la ansiada unidad.
La ofrenda debía hacerse el primer día de la semana. Esta es la primera
evidencia que encontramos en la que podemos decir que muestra que los creyentes
guardaban ese día. Lo hacían así desde tiempo atrás (cf. Hech. 20:7), pero esto no quiere decir, de ninguna manera,
que era el único día en que ellos se reunían. El primer día de la semana
recordaba la resurrección del Señor; de ahí se deriva su importancia. El pasaje
no señala la obligatoriedad de una práctica, ni tiene carácter de diezmo como
muchas personas en su errada manera de pensar descontextualizan el mensaje.
Pablo adjudicó gran importancia al dinero que se
estaba reuniendo para los cristianos necesitados en Jerusalén. Esta colecta no
sólo tenía una motivación filantrópica, sino que representaba un gesto único de
solidaridad de los gentiles hacia los judíos. Normalmente, los judíos de la
Diáspora enviaban ofrendas a sus hermanos judíos de Jerusalén, pero el hecho de
que las iglesias gentiles reunieran dinero para los cristianos judíos, mostraba
la naturaleza del evangelio que podía romper las duras barreras raciales. La
ofrenda debía ser sistemática, apartando el
primer día de la semana una suma adecuada a sus ingresos, lit. “como hayan sido prosperados” por el
Señor. Pablo prefería la ofrenda sistemática, pues no quería que se tuviera que
reunir una colecta cuando él llegara. Enviaría luego la ofrenda a Jerusalén por
mano de personas elegidas por los corintios, con cartas de presentación para
ellas.
Históricamente se exigía que estas personas
fueran responsables. El abuso de los fondos “comunitarios”
había sido tan común entre los judíos que las autoridades romanas enviaban
personas que escoltaran los fondos que eran enviados a Jerusalén, para su
protección. Como muestra 2 Corintios 8—9, aparentemente la iglesia no siguió la
enseñanza de dar en la forma sistemática como la indicada en los (vv. 1-4).
Cuánto tiempo y energía podría ahorrarse en la obra cristiana si el pueblo de
Dios simplemente ejercitara la disciplina de reconocer a intervalos regulares
la bondad de Dios y apartar recursos para compartir cristianamente. Nótese
también el cuidado con que Pablo manejaba el dinero con el fin de evitar
cualquier insinuación de mal manejo, y la forma en que anima a los cristianos a
hacer lo mismo.
El mismo sistema fue utilizado en la iglesia de
Antioquia (Hch 11:22, vv.29-30), en esa ciudad se desarrolló una iglesia donde judíos
y gentiles adoraban juntos disfrutando los mismos privilegios. La iglesia madre
de Jerusalén se alarmo al oír las noticias de lo que pasaba en dicha ciudad y envió
como representante a Bernabé para examinar tal relación con los gentiles. El
mismo se regocijo con los gentiles ya que tenía ideas más abiertas y un corazón
generoso, el cual en lugar de condenar la iglesia disfruto estar allí y su aprobación.
Bernabé confiaba en Saulo (Pablo como bien conocemos) al cual le llevo consigo
a Antioquia haciéndole compañero de la obra del evangelio, por ello Pablo tenia
bien claro el sistema ya antes mencionado en este expuesto a Corinto. La
iglesia de Antioquia se elevó a tal prominencia que fue allí donde por primera
vez a los seguidores de Cristo s eles llamo cristianos (un término peyorativo usado para difamar o burlarse de los creyentes).
Este nombre no fueron los judíos quienes se lo otorgaron, sino los griegos en
forma de burla. En tiempo de hambre, los discípulos en Antioquia enviaron ayuda
a los santos pobres de Judea, y sus líderes eran personas eminentes en la
iglesia primitiva.
Como bien podemos ver, es obligación del
creyente pudiente observar la necesidad de los hermanos en la fe y enviarle provisión a los mismos, no es obligación
que los donantes dejen su economía en su lugar de origen, es decir iglesia
local o ciudad, sino más bien sean proveedores de los hermanos en la fe que necesiten.
Tal práctica era una muy común en la iglesia y la misma hoy día se ha perdido “Pero el que tiene bienes de este mundo y ve
que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de
Dios en él? Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y de
verdad - 1 Jn 3:17-18”.
Hay miles de creyentes a nivel mundial haciendo
la obra de Dios en diferentes países, llevando las buenas nuevas del Señor y
siendo abandonados por los que pueden ayudarles a su misión.
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