"¿Pueden los cristianos consultar a los médicos?"
Los médicos son mencionados cerca de una docena de veces a través de la Biblia. El único verso que podría ser tomado fuera de contexto para enseñar que uno no debería consultar a los médicos sería 2 de Crónicas 16:12 “En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos.” Pero este caso en particular, involucra toda la actitud en la vida de Asa durante sus últimos años (el haberle dado la espalda a Dios en una etapa anterior de su vida).
Hay muchos versos que hablan de utilizar “tratamientos médicos” tales como la aplicación de vendajes (Isaías 1:6), aceite (Santiago 5:14), aceite y vino (Lucas 10:34), hojas (Ezequiel 47:12), tomar algo de vino (1 Timoteo 5:23), y ungüentos, particularmente el “bálsamo de Galaad” (Jeremías 8:22). Así mismo, Lucas, el autor de los Hechos y el Evangelio de Lucas, es mencionado por Pablo como “el médico amado” (Colosenses 4:14).
Marcos 5:25-30relata la historia de una mujer que tuvo problemas con un sangrado continuo, un problema que los médicos no habían podido curar, aún cuando ella había consultado a muchos de ellos y gastado todo lo que tenía. Viniendo a Jesús ella pensó que si tan sólo tocaba la orilla de su manto, sería sanada, y así sucedió.
Jesús, en respuesta a las preguntas de los fariseos en cuanto al desperdicio de su tiempo departiendo con los pecadores, les dijo, “Los sanos no tienen necesidad de médico sino los enfermos.” (Mateo 9:12) De los versículos arriba mencionados, podemos deducir los siguientes principios:
1) Los médicos no son Dios y no deben ser vistos como tal. Algunas veces ellos pueden ayudar; pero habrá otras en que todo lo que lograrán quitarnos es el dinero.
2) El buscar y consultar médicos y utilizar remedios “terrestres” no es condenado en la Escritura, mas bien parecen haber sido utilizados según leemos a lo largo de la Escritura.
3) Debe buscarse la intervención de Dios en cualquier dificultad física (Santiago 4:2;5:13). Él no promete que responderá siempre de la manera que nosotros deseamos (Isaías 55:8-9), pero tenemos la seguridad de que todo lo que Él haga será hecho en amor y por lo tanto, ese es nuestro mayor beneficio (Salmo 145:8-9).
Así que, ¿Pueden los cristianos consultar al médico? Dios nos creó como seres inteligentes y nos dio la habilidad para crear medicamentos y aprender cómo reparar nuestros cuerpos. No hay nada de malo en aplicar este conocimiento y habilidad en pro de la salud física. Los doctores pueden ser vistos como un regalo de Dios para nosotros… un medio a través del cual Dios brinda sanidad y recuperación. Al mismo tiempo, nuestra mayor confianza y fe debe estar depositada en Dios, no en los doctores o la medicina. Al igual que en todas las decisiones difíciles que enfrentamos en la vida, Dios promete darnos sabiduría cuando se la pidamos (Santiago 1:5).
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