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En su búsqueda perpetua por encontrar discrepancias en la Biblia, por socavar la ética bíblica y por encontrar injusticia en las acciones de Dios, los escépticos han acusado a Dios de tratar mal a Faraón al anular su libre albedrío y forzarle a rechazar la demanda de Moisés de permitir que los israelitas salieran de Egipto.
Los escépticos se enfocan en los versículos en cuanto al corazón de Faraón, demandando que el Dios de la Biblia es un ser injusto y cruel. Steve Wells, un escritor escéptico bien-conocido, dijo: “Dios comienza el proceso de ‘endurecer el corazón de Faraón’ (vea también Éxodo 7:3,13; 9:12; 10:1, 20,27; 11:10; 14:4,8), por ende hace imposible que las plagas que Dios envía tengan algún efecto beneficioso. Pero según 1 Samuel 6:6, Dios no endureció el corazón de Faraón; Faraón mismo lo hizo” (Wells, 2001). En una composición titulada “Por Qué ya No Soy un Cristiano” (“Why I Am No Longer a Christian”), Kendall Hobbs añadió la historia de Faraón a una lista de supuestas atrocidades que Dios cometió en la Biblia. Hobbs comentó, “Hay muchas atrocidades que Dios comete o que se cometen por su mandato”. Luego listó “la historia de Éxodo cuando el Faraón egipcio repetidamente estuvo listo y dispuesto a dejar que Moisés y su gente saliera, hasta que Dios endureció su corazón, y luego le castigó por su corazón duro al enviar las plagas y matar a niños por todo Egipto” (Hobbs, 2003).
La respuesta calvinista para el escéptico es simplemente decir que Dios puede hacer lo que escoge hacer, y que los humanos no tienen derecho de cuestionar a Dios. Para ellos, la respuesta no es “retractarse de la soberanía de la elección de Dios, o tratar de dar una explicación racional para los hombres que dudan” (Palmer, 1972, p. 33). Ya que el calvinismo ha dominado grandemente el sistema protestante por los últimos cinco siglos, la mayoría de escépticos ha catalogado el cristianismo como absurdo, y se ha alejado de él con repugnancia completa abrazando el ateísmo. El calvinismo orgulloso declara, “¡Que así sea! ¡Ese es su problema!”.
Pero ¿por qué mucha gente que piensa lógicamente en otras áreas rechazaría el sistema calvinista? ¿Significa su rechazo necesariamente un deseo de liberarse de las limitaciones morales y sociales que están adheridas a la religión cristiana? ¿Es la incredulidad del ateo inevitablemente el resultado de una mala disposición a aceptar laverdad? Aunque es verdad que la mayoría de los humanos en la historia ha rechazado el camino correcto de vida debido al orgullo obstinado, al egoísmo y el deseo de satisfacer los deseos carnales (cf. Mateo 7:13-14; 1 Juan 2:15-17), existen excepciones. Algunas personas rechazan el cristianismo porque se les ha presentado elseudo-cristianismo—una versión católica o protestante—que Pablo llamó un “evangelio diferente” (Gálatas 1:6), es decir, una forma diluida y distorsionada, en vez del cristianismo puro del Nuevo Testamento.
La razón por la cual una persona racional y honesta rechazaría el enfoque calvinista que Dios arbitrariamente (i.e., por Sus propias razones soberanas) rechaza a algunas personas, o anula sus voliciones personales, es porque reconoce que un Dios perfecto, i.e., que es infinito en todos Sus atributos (incluyendo la justicia, la rectitud y la imparcialidad), no haría eso. Dios no puede ser justo y a la vez rechazar injustamente a algunas personas. Dios no puede ser Dios y comportarse en una manera impía. Incluso el más grande pecador, quien ha violado su conciencia repetidamente, y que ha dañado sus sensibilidades espirituales, tiene el sentido suficiente para comprender el principio de la justicia—incluso si escoge no tratar a la gente justamente.
Al considerar el libro de Éxodo, la mayoría de lectores de la Biblia debe admitir que a primera vista es desconcertante leer que Dios endureció el corazón de Faraón, y que luego le castigó por esa misma dureza de corazón. Al lidiar con esta situación, se hace tres declaraciones concernientes a la dureza del corazón de Faraón. Primero, el texto declara que Dios endureció el corazón de Faraón (7:3; 9:12; 10:1,20,27; 11:10; 14:4,8) y los corazones de los egipcios (14:17). Segundo, se dice que Faraón endureció su propio corazón (8:15,32; 9:34), rechazó humillarse (10:3) y fue obstinado (13:15). Tercero, el texto usa la forma pasiva para indicar que el corazón de Faraón se endureció, sin dar ninguna indicación de la fuente (7:13,14,22; 8:19; 9:7,35).
Las preguntas que surgen de este asunto son: (1) ¿Endureció Dios el corazón de Faraón en algunas ocasiones, mientras Faraón en otras ocasiones? (2) ¿Ocasionó Dios todos los endurecimientos del corazón de Faraón, siendo las referencias que indican que Faraón endureció su propio corazón el resultado de la imposición divina para hacerlo en contra de su propia voluntad? (3) ¿Son todas las tres declaraciones en el texto realmente expresiones paralelas que significan la misma cosa? (4) ¿Tienen las tres declaraciones significados distintos, pero son todas verdaderas en su propio respecto? ¿Es el Dios de la Biblia un ser injusto o cruel?
Hay dos explicaciones excelentes para las declaraciones de Éxodo. Cada una es perfectamente plausible y suficiente para demostrar que las interpretaciones escépticas y calvinistas son incorrectas. Ambas explicaciones tienen que ver con el hecho que cada idioma tiene su propia manera de usar ciertos tipos de palabras y frases que pueden parecer extrañas para la persona que no está familiarizada con el idioma. Por ejemplo, suponga que una persona comentara que su compañero de trabajo cree que es el “ombligo del mundo”. ¿Pensaría alguien que esa persona realmente cree que es un ombligo literal? ¡Desde luego que no! La gente que habla español entiende este ejemplo de expresión figurativa. O suponga que alguien que finalmente encuentra un trabajo, dice que por dos meses ha estado “pateando latas”. Esta persona no estaba literalmente pateando latas. La mayoría que habla español entiende la expresión. De la misma manera, los idiomas bíblicos tienen expresiones, palabras coloquiales, semitismos e usos peculiares que los que están familiarizados con el lenguaje entienden.
En su gran obra sobre las figuras bíblicas de expresión, E.W. Bullinger listó varias maneras en que los idiomas griego y hebreo usaban verbos para expresar algo diferente a su uso estricto y literal. Él listó varios versículos que muestran que los idiomas “usaban verbos activos para expresar el diseño o intención del agente para hacer algo, incluso cuando no se hacía realmente eso” (1898, p. 821). Como una ilustración, hablando de los israelitas, Deuteronomio 28:68 declara: “[S]eréis vendidos a vuestros enemigos...y no habrá quien os compre”. Los traductores de la nueva versión inglesa del Rey Santiago (NKJV) reconocieron la expresión y tradujeron el versículo, “seréis ofrecidos en venta”.
El texto claramente indica que ellos no serían vendidos, porque no habría comprador, pero se usó el verbo activo hebreo para “vendido”. En el Nuevo Testamento, se encuentra un ejemplo claro de este uso en 1 Juan 1:10, el cual declara, “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él [a Dios—KB/DM] mentiroso”. Nadie puede hacer a Dios mentiroso, pero el intento de negar el pecado es equivalente a intentar hacer a Dios mentiroso, lo cual se traduce con elverbo activo como si realmente pasara. Por tanto, los verbos pueden tener usos idiomáticos que pueden transmitir un significado diferente al estricto o literal.
Con esto en mente, la cuarta lista de Bullinger en cuanto a los verbos idiomáticos habla de los verbos activos que “los hebreos usaban para expresar, no la ejecución de algo, sino el permiso de lo que se dice que el agente hace” (p. 823, énfasis en original). Como una ilustración, al comentar sobre Éxodo 4:21, Bullinger anotó: “‘Yo endureceré su corazón (i.e., permitiré o toleraré que su corazón se endurezca), de modo que no dejará ir al pueblo’. Este es el mismo sentido en todos los pasajes que hablan del endurecimiento del corazón de Faraón, como también es claro por el uso común de la misma expresión en los siguientes pasajes” (1968, p. 823).
Él luego listó Jeremías 4:10, “‘¡Ay, ay, Jehová Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo: i.e., has permitido que los falsos profetas engañen grandemente a este pueblo...’”. También se apela a Ezequiel 14:9 como un ejemplo de este tipo de uso: “‘Y cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra, yo Jehová engañé al tal profeta: i.e., permití que él se auto-engañara”. En una sección larga sobre las expresiones bíblicas, James MacKnight concuerda con el enunciado de Bullinger que en el hebreo los verbos activos pueden expresar permiso y no la acción directa. Esta explicación sin duda clarifica el tema del endurecimiento del corazón de Faraón. Cuando el texto dice que Dios endureció el corazón de Faraón, esto significa que Dios permitió o toleró que el corazón de Faraón se endureciera.
Una segunda explicación igualmente legítima para el texto en Éxodo es que las alusiones que indican que Dios endureció el corazón de Faraón son una forma figurativa de expresión, muy cercanamente relacionada a la metáfora conocida como “metonimia”, donde se emplea un nombre o palabra por otra. Por ejemplo, cuando hablamos de “leer a Shakespeare”, queremos decir que leemos sus escritos o composiciones. El endurecimiento del corazón de Faraón en manos de Dios sería una “metonimia del sujeto”, es decir, se menciona al sujeto, pero se quiere dar a entender una propiedad o circunstancia relacionada a él. Específicamente, bajo este forma de la figura, “[s]e dice algunas veces que se logra una acción, cuando realmente se quiere decir con esto que se proveyó la ocasión para lograr tal acción” (Dungan 1888, p. 287; cf. Bullinger, 1898, p. 570).
La Biblia está repleta de ejemplos que ilustran esta figura de expresión. Juan reportó que “Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan” (Juan 4:1). En realidad, Jesús no realizó los bautismos personalmente (Juan 4:2), sino Su enseñanza e influencia causó que se hiciera eso. Se menciona a Jesús, el sujeto, pero se quiere dar a entender la circunstancia de Su influencia. Su enseñanza era responsable de que la gente se bautizara. Repetidamente en el libro de 1 Reyes, se dice que varios reyes de Israel anduvieron “en los caminos de Jeroboam...[quien hizo—MP] pecar a Israel” (e.g., 1 Reyes 16:19,26; 22:52). Pero Jeroboam no forzó a sus contemporáneos o a sus sucesores a pecar. En cambio, dejó un ejemplo que ellos escogieron seguir. Se dijo que Judas adquirió un campo con el dinero que obtuvo por traicionar a Cristo (Hechos 1:18). Pero, en realidad, él devolvió el dinero a los principales sacerdotes y se ahorcó. Luego se usó el dinero de precio de sangre para adquirir el campo (Mateo 27:5-7).
Por medio de la metonimia del sujeto, se dijo que Judas había hecho lo que su acción ocasionó. Pablo advirtió a los cristianos romanos: “No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió” (Romanos 14:15). Lo que él quiso decir es que ellos no debían dejar un ejemplo que seduzca a los hermanos débiles a hacer algo que consideran equivocado. Pablo dijo a los cristianos corintios que ellos estaban en una posición en la cual podían “salvar” a sus cónyuges (1 Corintios 7:16). Dijo a Timoteo que él estaba en una posición en la cual podía “salvar” a los que escuchaban sus enseñanzas (1 Timoteo 4:16). En ambos casos, Pablo quiso decir que la enseñanza adecuada y el ejemplo apropiado podían influenciar a los receptores a obedecer la voluntad de Dios para sus vidas.
Otro caso de metonimia del sujeto, relacionado cercanamente con el ejemplo de Faraón en Éxodo, es la ocasión de la conversión de Lidia, la comerciante de Tiatira. El texto declara que “el Señor abrió el corazón de ella” (Hechos 16:14). Sin embargo, el medio específico por el que Dios logró esta acción fue la predicación de Pablo. La palabra de Dios que Pablo habló, creó en ella una actitud receptiva y responsiva. De igual manera, se dice que Jesús predicó a los gentiles como a la población antidiluviana del tiempo de Noé (Efesios 2:17; 1 Pedro 3:19). Desde luego, Jesús no hizo ninguna de las dos cosas—directamente. En cambio, operó mediante agentes—a través de Pablo en el primer caso y a través de Noé en el segundo caso. Similarmente, Natán acusó al Rey David: “A Urías heteo heriste a espada” (2 Samuel 12:9). En realidad, David envió una carta a su general ordenando que arreglara las posiciones de batalla para que Urías fuera más vulnerable ante el enemigo. Al usar la metonimia del sujeto, se dijo que David, el sujeto, había hecho algo que, en realidad, simplemente ordenó que otros hicieran.
En el caso de Faraón, “Dios endureció el corazón de Faraón” en el sentido que proveyó las circunstancias y la ocasión para que Faraón fuera forzado a tomar una decisión. Dios envió a Moisés para anunciar Sus demandas ante Faraón. Moisés simplemente anunció las instrucciones de Dios. Dios incluso acompañó Sus palabras con milagros—para confirmar el origen divino del mensaje (cf. Marcos 16:20). Faraón tomó la decisión de rechazar las demandas de Dios. Por su propia voluntad, rechazó obstinadamente obedecer. Desde luego, Dios proveyó la ocasión para que Faraón demostrara su actitud inflexible. Si Dios no hubiera enviado a Moisés, Faraón no hubiera confrontado el dilema de liberar o no a los israelitas. Así que Dios fue ciertamente el instigador o iniciador. Pero Él no fue el autor del desafío de Faraón.
Note que en un sentido muy real, los cuatro siguientes enunciados son ciertos: (1) Dios endureció el corazón de Faraón; (2) Moisés endureció el corazón de Faraón; (3) las palabras que Moisés pronunció endurecieron el corazón de Faraón; y (4) Faraón endureció su propio corazón. Estas cuatro observaciones son correctas, y representan la misma verdad desde diferentes perspectivas. En este sentido, Dios es responsable por todo en el Universo, i.e., Él ha provisto la ocasión, las circunstancias y el ambiente en que todas las cosas (incluyendo las personas) operan. Pero Él no es culpable de maldad al hacerlo. Al mirar rápidamente las expresiones hebreas, es claro que Dios no endureció injustamente o directamente el corazón de Faraón. Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34), Él no actúa injustamente (Salmos 33:5), y Él siempre ha permitido que los humanos ejerciten su volición personal (Deuteronomio 30:19).
No obstante, Dios usa las decisiones incorrectas y obstinadas de los pecadores rebeldes para promover Sus causas (Isaías 10:5-11). En el caso de la dureza del corazón de Faraón, no se puede acusar a Dios de injusto, y no se puede acusar a la Biblia de contradicción. Los seres humanos fueron creados con libre albedrío y son culpables de sus propios actos.
FUENTE: Apologetics Press
REFERENCIAS
Bullinger, E.W. (1898), Figures of Speech Used in the Bible (Grand Rapids, MI: Baker, reimpresión de 1968).
Dungan, D.R. (1888), Hermeneutics (Delight, AR: Gospel Light).
Hobbs, Kendall (2003), “Why I Am No Longer a Christian: Ruminations on a Spiritual Journey out of and into the Material World”, [En-línea], URL:http://www.infidels.org/library/modern/kendall_hobbs/no_longer.shtml.
MacKnight, James (reimpresión de 1954), Apostolic Epistles (Nashville, TN: Gospel Advocate).
Palmer, Edwin (1972), The Five Points of Calvinism (Grand Rapids, MI: Baker).
Wells, Steve (2001), Skeptic’s Annotated Bible, [En-línea], URL:http://www.Skepticsannotatedbible.com>.
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