5 medias verdades que puedes oir en una iglesia
por Carlos Barbiero
Una popular frase dice que toda media verdad es en realidad una mentira. Cuando Satanás tentó a Adán y Eva en el Edén no les dijo una mentira completa, sino una verdad en parte, o para expresarlo de otra manera, una media verdad. (Génesis 3). En la Biblia, Dios nunca habló medias verdades, Jesucristo es la Verdad (Juan 14:6) y por medio de El vino la verdad (Juan 1:17). Las medias verdades son el instrumento de Satanás para engañar astutamente a los hombres (Génesis 3:1).
En este artículo veremos cinco medias verdades que puedes escuchar en una iglesia cristiana y debes tener cuidado de ellas:
1. Puede que oigas hablar de Jesús, pero no de éste crucificado
Jesús es mencionado (y mucho) nuestras iglesias, ¿pero eso significa que vamos por buen camino o que estamos en lo correcto? El mundo habla de Jesús, y no solo eso, sino que también lo respetan. Generalmente cuando hablas con cualquier no creyente, puedes ver el respeto que tienen a la persona de Jesús. El apóstol Pablo (inspirado por el Espíritu Santo) dice en 1 Corintios 2:2: “Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.”
Jesús es inseparable de su cruz, parafraseando al apóstol Pablo: “Me propuse entre ustedes no hablar de otra que no sea de Jesucristo y su obra”. El mensaje central de una iglesia bíblica es el mensaje de Cristo crucificado.
Puedes oir hablar de Jesús, pero si el centro de la predicación no es Jesús y su obra (en la Cruz), debes tomar cuidado.
2. Puede que oigas hablar de bendiciones materiales, pero no de bendiciones espirituales
¿Puede un cristiano tener abundancia de bienes? ¿esto es malo? es una pregunta que a menudo nos hacemos. La Biblia nos enseña claramente que esto no tiene nada malo en sí mismo, pero también nos enseña que todo lo que ocupe el lugar de Dios en nuestra vida es un ídolo. Si nuestra meta es vivir para enriquecernos en esta tierra, sencillamente estamos en la categoría en la que Jesús nos pone en Lucas 16:13: “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
El regalo más precioso que tenemos en esta tierra son las bendiciones espirituales que tenemos en Cristo (Efesios 1:3). El Señor también nos exhorta a buscar primeramente el reino de Dios (Mateo 6:33). La salvación de nuestro pecado, la vida eterna, la seguridad que tenemos en Cristo y las promesas de Dios en su Palabra son bendiciones eternas y no tienen comparación con las bendiciones pasajeras de este mundo
Presta atención si en tu iglesia te invitan a buscar estas bendiciones pasajeras (salud, prosperidad material, bienestar propio, etc) pasando por alto las promesas espirituales en la Palabra de Dios. Jesús dijo: “Mi reino no es de este mundo…” (Juan 18:36)
3. Puede que oigas hablar de lo que dice la Biblia, pero fuera de contexto
Cuando Jesús fue tentado en el desierto, Satanás utilizó versículos bíblicos para tal efecto (Mateo 4:1-11). ¿Parece algo extraño no? ¿Satanás diciendo: “escrito está”?. Satanás sacaba de contexto y daba otro sentido a la Palabra de Dios, pero el Maestro le respondía con el sentido correcto, citándole el contexto de toda la Escritura y confrontándolo con la verdad completa.
Satanás sigue haciendo con las personas lo mismo que hizo con Jesús. Muchos creen un predicador puede justificar cualquier disparate que dice citando un versículo bíblico (obviamente sacado de contexto) que lo avale.
El creyente verdadero debe ser un estudioso de la Palabra de Dios, debe conocer la Biblia como Jesús la conocía, en su contexto. Ten cuidado si notas que en la iglesia en la que te congregas, los predicadores constantemente están sacando de contexto la Biblia para justificar sus propias ideas.
4. Puedes que oigas hablar de cosas asombrosas de parte de Dios, pero no del verdadero propósito de estas cosas
Jesús hizo milagros y prodigios a lo largo de su ministerio (y vaya que los hizo!), pero debemos preguntarnos: ¿Cual era el propósito central de esos milagros?
En los tiempos del nuevo testamento los milagros eran por señal para confirmar el mensaje del Evangelio. Una vez que el mensaje era confirmado las señales desaparecían.
Esto no significa que Dios no haga señales y prodigios hoy (de hecho las hace). El es absolutamente soberano de hacer lo que quiera, pero nunca haría algo que nos haga apartar los ojos de nuestro Señor Jesucristo (Juan 16:14)
Ten cuidado si ves que en tu congregación se está haciendo un énfasis desmedido en las señales y prodigios dejando totalmente de lado el mensaje central del evangelio.
5. Puedes que oigas que no debes juzgar pero no que no debes hacerlo con juicio injusto
Mateo 7:1 es uno de los pasajes que parece enseñar que nunca debemos juzgar. Pero debemos prestar especial atención al contexto de este pasaje para saber que Jesús está hablando del juicio hipócrita. El juicio se convierte en hipócrita si yo estoy haciendo lo mismo que juzgo. Si este pasaje estaría diciendo que no debemos juzgar en ninguna manera, nada de nada, entonces se contradice con otros numerosos pasajes que nos enseñan que debemos juzgar (1Corintios 2:15, Juan 7:24). sabemos que la Biblia no se contradice, por esto y por claro contexto de Mateo 7 entendemos que la idea contemporánea de este pasaje es equivocada.
Muchos líderes toman este pasaje (y otros, sacados de contexto) para que nadie cuestione su ministerio generando temor en la congregación. Otro argumento utilizado es: “no tocar al ungido de Jehová“.
No te dejes engañar, el Señor nos llama a juzgar con justo juicio (Juan 7:24) el cual se aplica con los argumentos extraídos correctamente de la Biblia y luego de un autoexámen profundo para revisar que yo no esté cometiendo el mismo pecado.
Ten sumo cuidado si notas que en la congregación donde asistes te infunden temor de cuestionar a los líderes.
¿Que puedo hacer al respecto?
Si leyendo este artículo te has dado cuenta que en tu congregación sobresalen algunas de estas medias verdades y no sabes que hacer, quisiera recomendarte algunas cosas:
1) Ora por tus líderes y habla con ellos. Prepárate con la Palabra de Dios para confrontar el error de manera mansa y paciente.
2) Sigue escudriñando las Escrituras y leyendo buenos libros de sana doctrina.
3) Sé luz en medio de las tinieblas. Ten paciencia con los que aún no ven la verdad. Usa la Palabra de Dios en amor para derribar los argumentos que se levantan en contra de Cristo (2Corintios 10:5)
4) Si ves que todas o la gran mayoría de estas medias verdades sobresalen en tu congregación, ya has hablado amablemente con los líderes y no ves un cambio es muy probable que estés en una iglesia que ha dejado los principios de la Palabra de Dios y debes considerar seriamente dejar esa congregación y buscar una iglesia sana. Si este es tu caso, ponte en contacto con hermanos maduros que puedan ayudarte.
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