Argumentos para el Arrebatamiento Pretribulacional
Por: DR. Félix Muñoz
El Interés en el Rapto, una encuesta de 1994 por el U.S. News and World Report encontraron que el 61 por ciento de los estadounidenses creen que Jesucristo regresará a la tierra, y un 44 por ciento cree en el rapto de la iglesia. (Jeffery L. Sheler, “The Christmas Covenant” U.S. News and World Report, 19 de Diciembre, 1994, pp. 62, 64) .
¿De dónde obtenemos el término “rapto”? El término “rapto” no es encontrado en la Biblia, entonces ¿de donde proviene la palabra? El término “rapto” viene de la traducción latina de la palabra griega y traducida “arrebatados” en 1 Tesalonicenses 4:17. Charles Ryrie explica, “la palabra griega de la cual tomamos el término ‘rapto’ aparece en 1 Tesalonicenses 4:17, traducida ‘arrebatados.’ La traducción latina de este versículo utilizó la palabra rapturo. La palabra griega que traduce es harpazo, lo cual quiere decir arrebatar o tomar. En otro lugar se utiliza para describir cómo arrebató El Espíritu a Felipe cerca de Gaza y lo trajo a hasta Cesarea (Hechos 8:39) y para describir la experiencia de Pablo de ser arrebatado hasta el tercer cielo (2 Cor. 12:2-4). De esta manera no puede haber duda de que la palabra es usada en 1 Tesalonicenses 4:17 para indicar la remoción real de las personas de la tierra hacia el cielo”. (Charles Ryrie, Teología Básica, p. 462).
Pasajes referentes al rapto. Existen tres textos principales que se refieren al rapto: 1 Tesalonicenses 4:13-18, de 1 Corintios 15:57-57 y Juan 14:1-3.
1. El primer argumento se basa en la inminencia. Hay muchas Escrituras que indican que los cristianos deberían estar esperando la venida del Señor en cualquier momento. Deberíamos estar velando y esperando, por cuanto no sabemos el momento de Su venida.
Si la iglesia ha de pasar por la Tribulación, entonces no podemos estar esperando que vengaen cualquier momento. De hecho, no podría venir durante al menos siete años, por cuanto no estamos todavía en la Tribulación, y cuando sobrevenga, durará siete años. La perspectiva pretribulacionista es la única que se puede mantener y seguir creyendo que Cristo puede venir en cualquier momento. Éstos son algunos de los versículos que indican que deberíamos estar constantemente esperando la venida del Señor por cuanto no sabemos cuándo será.
«Y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo» (Ro. 8:23, BAS).
«Porque todas las veces que comáis este pan, y bebáis esta copa, la muerte del Señor estáis proclamando hasta que él venga» (1 Co. 11:26 - Escrito a los corintios, implicaba que el Señor podía venir durante la vida de ellos).
«Porque también gemimos en esta morada, deseando ser revestidos de esa nuestra habitación celestial» (2 Co. 5:2 —los creyentes serán revestidos con sus cuerpos glorificados en el Arrebatamiento.)
«Pues por el Espíritu aguardamos a base de la fe la esperanza de la justicia» (Gá. 5:5 — la esperanza de justicia es la venida del Señor y el cuerpo glorificado que recibiremos
entonces).
«Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de dónde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transfigurará el cuerpo de nuestro estado de humillación, conformándolo al cuerpo de la gloria suya, en virtud del poder que tiene también para someter a sí mismo todas las cosas» (Fil. 3:20, 21).
«Vuestra mesura sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca» (Fil. 4:5).
«Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis a Dios abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera» (1 Ts. 1:9, 10).
«Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo» (Tit. 2:13).
«Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, a los que le esperan ansiosamente para salvación» (He. 9:28).
«Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará» (He. 10:37).
«Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afianzad vuestros corazones; porque la venida del Señor está cerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis juzgados; mirad: el juez está ya a las puertas» (Stg. 5:7–9).
«Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sensatos y manteneos sobrios para la oración» (1 P. 4:7).
«Y todo aquel que tiene esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro» (1 Jn. 3:3).
«Conservaos en el amor de Dios, aguardando con anhelo la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna» (Jud. 21. - Aquí la misericordia de nuestro Señor Jesucristo es Su regreso para tomar consigo al hogar celestial al pueblo que adquirió con Su sangre).
«Mira que vengo en seguida; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona» (Ap. 3:11).
«¡He aquí, vengo pronto! Dichoso el que guarda las palabras de la profecía de este libro» (Ap. 22:7).
«Mira que yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra» (Ap. 22:12).
«El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús» (Ap. 22:20).
Hay otros textos que aunque pudieran no referirse directamente al Arrebatamiento, añaden sin embargo a la impresión general de que la venida de Cristo es inminente. A lo largo de su historia, la iglesia creyente ha mantenido que el tiempo de la venida de Cristo es desconocido, y por ello podría tener lugar en cualquier momento.
«Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Y comprended aquello de que si el padre de familia supiese a qué hora iba a venir el ladrón, velaría y no dejaría que horadasen su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no penséis» (Mt. 24:42–44).
«Pero de aquel día o de aquella hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre. Estad atentos, velad y orad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado. Es como un hombre que se fue de viaje y, al dejar su casa, dio atribuciones a sus siervos, a cada uno su tarea, y encargó al portero que velara. Por tanto, velad; porque no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, a la medianoche, al canto del gallo, o de madrugada; no sea que venga de repente y os encuentre durmiendo. Y lo que digo a vosotros, lo digo a todos: Velad» (Mr. 13:32–37).
«Y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a su señor cuando regrese de las bodas, para que al llegar él, y llamar, le abran en seguida» (Lc. 12:36).
«De tal manera que nada os falta en ningún don a los que esperáis anhelantes la revelación de nuestro Señor Jesucristo» (1 Co. 1:7).
«El Señor Jesucristo, que está a punto de juzgar a los vivos y a los muertos» (2 Ti. 4:1, JND).
«Hijitos, ya es el último tiempo; y tal como oísteis que el anticristo viene, aun ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo» (1 Jn. 2:18).
«Porque si no velas, vendré sobre ti como un ladrón, y no conoces de ningún modo a qué hora vendré sobre ti» (Ap. 3:3b).
«He aquí, yo vengo como ladrón. Dichoso el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza» (Ap. 16:15).
2. El segundo argumento se basa en la promesa de que la iglesia será librada de la ira que ha de venir. En Romanos 5:9, Pablo dice que «seremos salvos de la ira por medio de él». 1 Tesalonicenses 1:10 describe al Señor Jesús como nuestro Libertador de la ira que ha de venir. Y en 1 Tesalonicenses 5:9 aprendemos que Dios no nos ha señalado para ira, sino para obtener salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo. La palabra «ira» puede referirse a la ira del Periodo de la Tribulación, o al juicio eterno de Dios sobre los incrédulos. En las Epístolas a los Tesalonicenses, el contexto favorece que se trata de la ira de la Tribulación (ver 1 Ts. 5:2, 3; 2 Ts. 1:6–10; 2:10–17).
3. En Apocalipsis 3:10, Cristo promete guardar a Su pueblo de (Gr. ek, significando «fuera de») la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo, para probar a los que moran sobre la tierra.
4. La estructura del libro de Apocalipsis apoya la enseñanza del Arrebatamiento pretribulacional. En los caps. 2–3 la iglesia es contemplada sobre la tierra, pero después del cap. 3 ya no se cita más como sobre la tierra. En los capítulos 4–5 se ve a los santos en el cielo, llevando coronas de vencedores. Luego viene la Tribulación sobre la tierra en los caps. 6–19. Los santos de la iglesia están ya en el cielo.
5. El Periodo de la Tribulación no comenzará hasta que haya sido revelado el hombre de pecado (2 Ts. 2:3). Pero el hombre de pecado no será revelado hasta que primero sea quitado el que detiene (2 Ts. 2:7, 8). El Espíritu Santo ciertamente responde al carácter del que refrena el mal; él obstaculiza o reprime el pleno desarrollo del mal en tanto que la iglesia esté en el mundo. Será quitado de la tierra en Su carácter de morador en la Iglesia en el momento del Arrebatamiento.
En un sentido, el Espíritu Santo siempre ha estado en el mundo y siempre estará. Pero hay un sentido especial en el que descendió en Pentecostés, esto es, como el Morador permanente en los creyentes y en la iglesia. Es en este sentido que será quitado en el Arrebatamiento. Esto no significa que el Espíritu de Dios no vaya a llevar a cabo un ministerio durante la Tribulación. Seguirá convenciendo y convirtiendo a pecadores. Pero no los habitará de manera permanente ni los incorporará a la iglesia. Su ministerio será algo comparable a lo que fue en el periodo del AT.
6. En 1 Tesalonicenses 4:18 se habla del Arrebatamiento como una perspectiva consoladora. El Día del Señor no viene como consolación sino como ladrón en la noche (1 Ts. 5:2). Es un tiempo de destrucción repentina (v. 3) e ira (v. 9) de la que no habrá escapatoria (v. 3). Como contraste, el Arrebatamiento es una esperanza siempre alentadora, no una expectativa siempre turbadora.
7. Ha de existir un intervalo temporal entre la venida de Cristo a por Sus santos y Su venida con Sus santos. Cuando Cristo venga a por Sus santos, todos los creyentes serán quitados del mundo y recibirán sus cuerpos glorificados (1 Co. 15:51). Pero cuando Cristo vuelva a reinar, habrá personas salvas que estarán aún en sus cuerpos naturales, como se ve por el hecho de que estarán criando hijos (Is. 65:20–25; Zac. 8:5). Si el Arrebatamiento y la
Manifestación tienen lugar al mismo tiempo (según la postura postribulacionista), entonces, ¿de dónde vienen estos últimos?
Hay una segunda razón por la que ha de haber un intervalo de tiempo entre el
Arrebatamiento y el reinado. El Tribunal de Cristo ha de tener lugar en el cielo después del Arrebatamiento, cuando el Señor juzgará la fidelidad de Sus santos y los recompensará en conformidad a ella (2 Co. 5:10). Las recompensas dadas en este tiempo determinarán el ámbito de gobierno dado a los santos individuales durante el Milenio (Lc. 19:17, 19). Si el Arrebatamiento y la venida a reinar tuviesen lugar de manera simultánea, no habría tiempo para que se diese el Tribunal de Cristo.
8. La única manera en que el Día del Señor tomará a todos por sorpresa es como ladrón en la noche (1 Ts. 5:2). Pero Pablo dice con claridad que no sorprenderá a los creyentes como ladrón en la noche (1 Ts. 5:4). Por tanto, no sorprenderá en absoluto a los creyentes. ¿Por qué no? Hay dos razones: (1) Los creyentes no son hijos de la noche, sino del día (1 Ts. 5:4, 5). (2) Dios no ha puesto a los creyentes para ira (1 Ts. 5:9).
9. En el momento del Arrebatamiento, los creyentes van a la casa del Padre (Jn. 14:3), no directamente de regreso a la tierra, como afirman los postribulacionistas.
10. La Tribulación tiene un carácter peculiarmente judío. Se le llama el tiempo de la angustia de Jacob (Jer. 30:7). Observemos las referencias judías en Mateo 24: Judea (v. 16), el sábado (v. 20), el lugar santo (v. 15). Estos términos no tienen nada que ver con la iglesia.
11. Varios de los tipos del AT señalan a un Arrebatamiento pretribulacional. No erigimos doctrina sobre los tipos, pero estos tipos concuerdan con la perspectiva pretribulacionista. Enoc, tipo de la iglesia, fue trasladado antes que cayesen las aguas del juicio de Dios, mientras que Noé y su familia, tipos del remanente judío creyente, fueron preservados a través del diluvio.
Lot fue liberado de Sodoma antes de car el fuego del juicio. La ofrenda de Isaac por parte de Abraham prefigura a Dios ofreciendo a Su Hijo en el Calvario. La primera vez que se menciona a Isaac después de aquel incidente es cuando sale a encontrarse con su novia para tomarla de vuelta a su hogar. Así la primera aparición de Cristo después de Su Ascensión será cuando venga a tomar a Su novia al hogar celestial. Elías fue trasladado al cielo antes que cayese el juicio sobre la malvada Jezabel.
12. Las primeras sesenta y nueve semanas de la profecía de Daniel (9:24–27) se extienden desde el decreto de Artajerjes en el 445 a.C. hasta la crucifixión de Cristo. No tienen nada que ver con la iglesia. ¿Por qué entonces se debería encontrar la iglesia en la semana septuagésima, que es el Periodo de la Tribulación? (En realidad, la Era de la Iglesia tiene lugar durante un periodo parentético no mencionado entre la semana sesenta y nueve y la setenta.)
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