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27 ago 2015

LA VENIDA DEL SEÑOR

LA VENIDA DEL SEÑOR
Por: Dr. Félix Muñoz

Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo - 1 Tes 2:19-20 (RVR).

¿Por qué estaba el apóstol tan interesado en volver a los creyentes tesalonicenses? Porque eran sus hijos en el Señor. Él los había señalado a Cristo y se había sentido responsable por su crecimiento espiritual. Sabía que habría de dar cuenta acerca de ellos en el día venidero. Ellos eran su esperanza de recompensa en el Tribunal de Cristo. Él quería poder regocijarse acerca de ellos. Ellos serían su corona de regocijo delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida.



Parece evidente por este versículo que Pablo esperaba reconocer a los tesalonicenses en el cielo. Y sigue de ello que nosotros también reconoceremos a nuestros amados en el cielo. En el versículo 19 Pablo habla de sus hijos en la fe como siendo su corona. En otros lugares en el Nuevo Testamento leemos acerca de otras coronas: la corona de justicia (2 Ti. 4:8); la corona de vida (Stg. 1:12; Ap. 2:10); la corona de gloria (1 P. 5:4) todas ellas incorruptibles (1 Co. 9:25).

Los santos eran su gloria y gozo. Había invertido en personalidad humana y su recompensa era hijos e hijas espirituales que adorarían al Cordero de Dios por toda la eternidad.




En el versículo 19 tenemos el primer uso de la palabra venida en 1 Tesalonicenses con respecto al regreso del Señor. Debido a que éste es el principal tema de esta Epístola, nos detendremos aquí para dar una explicación de lo que creemos que es la enseñanza escrituraria acerca de esta cuestión. Se emplean tres palabras griegas principales en el NT referidas al regreso de Cristo: 
  • parousia: venida y presencia consiguiente. 
  • apokalupsis: desvelamiento, revelación. 
  • epiphaneia: manifestación.

La palabra más comúnmente empleada es parousia. Significa una presencia o un venir al lado. Vine dice que denota a la vez la llegada y la consiguiente presencia. Cuando pensamos en la venida del Señor, deberíamos pensar en ella no sólo como un acontecimiento momentáneo, sino como un periodo de tiempo. Incluso en castellano, la palabra venida se usa de esta manera. Por ejemplo, «la venida de Cristo a Galilea trajo sanidad a multitudes». Aquí no significamos el día en que llegó a Galilea, sino todo el periodo que pasó en aquella área. De modo que cuando pensamos en la venida de Cristo, deberíamos pensar en un periodo de tiempo y no en un acontecimiento aislado.

Si tomamos ahora todas las ocurrencias de parousia en el NT, encontramos que describen un periodo de tiempo que contiene 

(1) un comienzo, (2) un curso, (3) una manifestación, y (4) una culminación.

1. El comienzo de la parousia es el Arrebatamiento. Se describe en los siguientes pasajes (la palabra que traduce parousia está en cada caso en itálicas): 

Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, los que son de Cristo, en su venida (1 Co. 15:22, 23).

Y no queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto por palabra del Señor: que nosotros los que vivamos, los que hayamos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivamos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para salir al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos unos a otros con estas palabras (1 Ts. 4:13–18).

Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y de nuestra reunión con él … (2 Ts. 2:1).

Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el
labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afianzad vuestros corazones; porque la venida del Señor está cerca (Stg. 5:7, 8).



Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos
confianza, y en su venida no seamos avergonzados (1 Jn. 2:28).

2. El curso de la parousia incluye el Tribunal de Cristo, cuando serán dada  recompensas a los creyentes por la fidelidad en el servicio: 

Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? (1 Ts. 2:19).

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo (1 Ts. 5:23).

Otro acontecimiento que debería ser probablemente incluido en el curso de la parousia es la Cena de las Bodas del Cordero. Por su situación en el libro de Apocalipsis, sabemos que tendrá lugar antes del glorioso reinado de Cristo. Lo incluimos aquí a pesar de que la palabra venida no se emplea en relación con ella. 

Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como el sonido de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso ha establecido su reinado! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Dichosos los invitados a la cena de las bodas del Cordero (Ap. 19:6–9).

3. La manifestación de la venida de Cristo es Su regreso a la tierra en poder y gran gloria para reinar como Rey de reyes y Señor de señores. El Arrebatamiento no será visto por el mundo; tiene lugar en un abrir y cerrar de ojos. Pero todo ojo verá a Cristo cuando venga a reinar. Por ello, se le llama la manifestación de su parousia. Ésta es la tercera fase de Su venida. 

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas, y cuál será la señal de tu venida, y del final de esta época? (Mt. 24:3).

Porque así como el relámpago sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mt. 24:27).

Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre (Mt. 24:37).

Y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mt. 24:39).

… para afianzar vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos (1 Ts. 3:13).

Y entonces será revelado aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y lo reducirá a la impotencia con la manifestación de su venida (2 Ts. 2:8).

Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas ingeniosamente inventadas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad (2 P. 1:16). [Aquí Pedro se refiere a la manifestación de la parousia de Cristo tal como fue prefigurada en el Monte de la Transfiguración.]

4. Finalmente tenemos la culminación de la parousia. A ella se hace referencia en este versículo:

¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que los padres
durmieron, todas las cosas permanecen como estaban desde el principio de la creación (2 P. 3:4).

En este capítulo se hace referencia a los escarnecedores que surgirán en los últimos días, que negarán la posibilidad del regreso de Cristo. ¿A qué aspecto de la parousia se refieren?

¿Se están refiriendo al Arrebatamiento? No. Probablemente no saben nada del
Arrebatamiento. ¿Se están refiriendo a la venida de Cristo para reinar? No. Es evidente que no. Todo el contexto indica que están ridiculizando el castigo final de todos los malvados por parte del Señor. Se refieren a un último y culminante juicio de Dios sobre la tierra, o a lo que ellos llaman «el fin del mundo». Su argumento es que no tienen nada de qué preocuparse. Dios no ha intervenido en la historia y no intervendrá en el futuro. De modo que se sienten libres de continuar en sus malvadas palabras y acciones.

Pedro responde a sus escarnios señalando hacia adelante, al tiempo, después del reinado milenial de Cristo, en que los cielos y la tierra como los conocemos serán totalmente destruidos. Esta culminación de la parousia de Cristo tiene lugar después del Milenio y en la inauguración del estado eterno. Además de la parousia, las otras dos palabras empleadas en la lengua original del NT para describir la venida del Señor son apokalupsis y epiphaneia. Apokalupsis significa un desvelamiento o revelación. Los estudiosos de la Biblia difieren acerca de si se refiere siempre a la tercera fase de la venida de Cristo —Su venida a la tierra en poder y gloria— o si podría referirse asimismo al Arrebatamiento, cuando se manifestará a la iglesia.

En los siguientes versículos podría referirse bien al Arrebatamiento o al regreso a la tierra para reinar sobre ella:

De tal modo que nada os falta en ningún don a los que esperáis anhelantes la
revelación de nuestro Señor Jesucristo (1 Co. 1:7).

Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, aunque se prueba con fuego, se halle que resulta en alabanza, gloria y honra en la revelación de Jesucristo (1 P. 1:7).

Por lo cual, estad preparados para la acción, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo (1 P. 1:13).

Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría (1 P. 4:13).

En otro pasaje, esta palabra parece referirse muy claramente a la venida de Cristo a reinar: 

Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando sea revelado el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder (2 Ts. 1:7).

Epiphaneia significa manifestación o aparición. Una vez más, algunos piensan que se refiere tanto a la aparición de Cristo a por Sus santos como a Su aparición con Sus santos; otros dicen que sólo se refiere a esto último. La palabra se halla en estos pasajes:

Y entonces será revelado aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y lo reducirá a la impotencia con la manifestación de su venida (2 Ts. 2:8).

Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo (1 Ti. 6:14).

Te encargo solemnemente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que va a juzgar a los vivos y a los muertos por su manifestación y por su reino … (2 Ti. 4:1).

Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, el juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida [literalmente, manifestación] (2 Ti. 4:8).

Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tit. 2:13).

Los versículos primero y tercero describen con claridad la aparición de Cristo ante el mundo. Los otros podrían referirse en cambio al Arrebatamiento. Lo que está claro es que tanto el Arrebatamiento como la venida de Cristo a reinar se ponen ante el creyente como acontecimientos que espera con anhelo. Cuando sea arrebatado, verá al Salvador, y recibirá su cuerpo glorificado. Cuando Cristo regrese a la tierra, el creyente aparecerá con Él en gloria (Col. 3:4). Es entonces también que serán manifestadas las recompensas del creyente. Estas recompensas se habrán dado antes ante el Tribunal de Cristo, pero las ven todas cuando Cristo viene a reinar. ¿Cuáles son las recompensas? En Lucas 19:17 hay una insinuación de que tendrán que ver con el ejercicio de la autoridad local durante el Milenio. Una persona es puesta sobre diez ciudades, y otra sobre cinco.

Al estudiar las varias referencias acerca de la venida del Señor, hemos visto que tiene que ver con un periodo de tiempo y no con un acontecimiento único, y que este periodo de tiempo tiene varias fases o etapas. Hay un comienzo, un curso, una manifestación y una culminación. Comienza con el Arrebatamiento, incluye el Tribunal de Cristo, será visiblemente manifestada cuando Cristo venga a la tierra, y terminará cuando los cielos y la tierra que son ahora sean destruidos con fuego.

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Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos - Jud 1:3 (RVR).

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