“La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él - Luc 16:16 (RVR).”
Con Juan el Bautista se cierra una era (AT) y se abre otra (NT). La Ley y los Profetas es una fórmula rabínica para designar el AT. Fueron hasta (mecri ) Juan. Como adverbio originalmente significaba “hasta el punto en que”. A partir de Juan se predica el evangelio del reino de Dios, que tendrá consonancia en Hechos (Hech. 1:3, 22; 10:36-43; 13:23-25; 28:31).
"¿Existen profetas en la iglesia de hoy?" El don de profecía parece haber sido un don temporal dado por Cristo para establecer la iglesia. Los profetas fueron fundamentales para la iglesia (Efesios 2:20). El profeta proclamaba un mensaje de parte del Señor para los creyentes del primer siglo. A veces el mensaje de un profeta era revelador (una revelación y verdad de Dios), el mensaje de un profeta era profético (ver Hechos 11:28 y 21:10).
Los cristianos primitivos no tenían la Biblia completa, y algunos de ellos no tuvieron acceso a ninguno de los libros del Nuevo Testamento. Los profetas del Nuevo Testamento "suplieron la carencia," proclamando el mensaje de Dios a las personas que no tenían acceso a éste de otro modo. El último libro del Nuevo Testamento (el Apocalipsis) no fue completado sino hasta finales del primer siglo. Así que, el Señor envió a profetas a su pueblo para proclamar la Palabra de Dios.
¿Existen en la actualidad verdaderos profetas? Si el propósito de un profeta era revelar la verdad de Dios, ¿por qué necesitaríamos profetas hoy, si ya tenemos la completa revelación de Dios en la Biblia? Si los profetas fueron el "fundamento" de la iglesia primitiva, ¿todavía estamos construyendo el "fundamento" hoy en día? ¿Puede Dios darle a alguien un mensaje para otra persona? ¡Desde luego! ¿Le revela Dios la verdad a alguien de una manera sobrenatural y le permite dar ese mensaje a otros? ¡Desde luego! Pero ¿es este el don bíblico de la profecía? No.
Cuando una persona afirma estar hablando de parte de Dios (la esencia de la profecía), la clave es comparar lo que él o ella dicen con lo que dice la Biblia. Si Dios hablara en la actualidad a través de una persona, el mensaje concordaría completamente con lo que Dios ya ha dicho en la Biblia. Dios no se contradice. 1 Juan 4:1 nos dice: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo." 1 Tesalonicenses 5:20-21 declara: "No menospreciéis las profecías.
Examinadlo todo. Retened lo bueno." Entonces, ya sea una "palabra del Señor" o una supuesta profecía, nuestra respuesta debe ser la misma. Compare lo dicho con lo que dice la Palabra de Dios. Si contradice la Biblia, deséchela. Si concuerda con la Biblia, pida sabiduría y discernimiento para saber cómo aplicar el mensaje (2 Timoteo 3:16-17; Santiago 1:5).
- Lucas 16:16: “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”.
El Antiguo Testamento fue dividido en dos secciones: La Ley (Génesis hasta Deuteronomio) y los Profetas (Todos los demás libros del Antiguo Testamento). Jesús se estaba refiriendo a la sección de los “Profetas” en el AT. Ahora bien, podemos dos opciones.
- Esto significa que el tiempo de los profetas fue hasta Juan el Bautista.
- Tambien significa que la Escritura del Antiguo Testamento escrita por los profetas fue hasta Juan el Bautista. Entonces ya no hay más Escritura escrita por profetas ni palabra declarada por ellos; aunque Juan no escribió, el fue el ultimo d elos profetas.
Las Escrituras nos muestran que los profetas del Nuevo Testamento tuvieron dos propósitos principales:
- Estos dones señalados por Dios y dados a los hombres para el servicio de la Iglesia (Ef 4:11; 1 Co 12:28) tenían el propósito de ayudar a establecer el fundamento de la iglesia (Ef 2:20).
- Así como los apóstoles, los profetas recibían revelación de Dios (Ef 3:5) y verdad para ser declarada a sus iglesias. Es importante recordar que la iglesia primitiva no tenía una Biblia como la tenemos hoy día, por lo tanto, Dios les daba esta revelación con el propósito de enseñar Su mensaje a la Iglesia. Los profetas del Nuevo Testamento también hablaron hacia adelante y enseñaron la doctrina de los apóstoles. Todo lo enseñado por estos profetas tenia que ser consistente con la enseñanza de los apóstoles (1 Co 14:36-37).
Entonces, ¿son todavía necesarios los profetas hoy día? Mirando las dos funciones enumeradas anteriormente, podemos ver que el oficio de profeta no es ya más necesario y ha cesado con la Iglesia debido a:
- El fundamento de la Iglesia fue establecido hace mucho.
- La Palabra revelada de Dios se completó con el cierre del canon del Nuevo Testamento.
El fundamento de la Iglesia no necesita ser nuevamente establecido y no existe ninguna necesidad de revelación posterior más allá de la que Dios nos ha provisto en Su Palabra completa, la Biblia. Hoy día somos bendecidos por tener la Escritura como nuestra completa y total autoridad para todas las cosas (2 Ti 3:16-17). Si alguien en estos días, afirma haber recibido una “revelación especial”, debemos confrontarla con la Escritura. Si esta es contraria a la Palabra de Dios, debemos entonces, rechazarla. Si es consistente con la Escritura, debemos entonces preguntarnos porqué una “palabra” extra era necesaria si su verdad ya estaba contenida en la Biblia.
Por lo tanto, mientras necesitemos hombres (pastores, maestros y evangelistas) que estén dispuestos a proclamar con valentía la Palabra de Dios como está contenida en la Escritura, no tendremos necesidad del oficio de “profeta” como este es descrito en el Nuevo Testamento.
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