A veces, cuando nos identifican como Cristianos, somos el blanco para todo tipo de preguntas. Muchas veces, no estamos seguros de cómo contestar, ¡pero no te desanimes! Aquí algunos consejos para momentos así.
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1. Pregunta Primero
Es probable que pienses en una respuesta. Aún así, indaga más allá y haz preguntas. Las preguntas le dejan saber a la persona con quién hablas que su punto de vista es importante para ti y conlleva algunos beneficios.
Hay diferentes preguntas que puedes hacer que ayudan a que esa persona clarifique sus puntos y tome una postura en particular. Esto ayuda a que puedas entender la duda (¡u objeción!) sobre el Cristianismo y contestarla efectivamente, sin desviarte hacia otros temas. Además, las preguntas pueden ayudarte con personas que les gusta hacer acusaciones pero no tienen fundamento en su declaración.
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2. Un asunto a la vez
Por lo general, cuando se habla de religión, la gente se apasiona (en ambos lados de la conversación). A veces, los objetores del Cristianismo abogan TODAS sus objeciones a la vez. Esto se puede sentir como pararse delante de un pelotón de fusilamiento y, a veces, puede ser convincentes a los que estén escuchando tu conversación.
En vez de esperar a que se acabe la cascada de objeciones, interrumpe educadamente y solicita que la persona te permita responder a las objeciones individualmente. La conversación fluye mejor cuando ambos están en el mismo tema y no en muchos temas simultáneos.
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3. No trates de “ganar”
En vez de jugar para ganar el debate, debes jugar para la ganarte una próxima conversación.
Se humilde, reverente y exprésate con mansedumbre y amor (1 Pedro 3:15). Se lo suficientemente razonable como para que la persona QUIERA hablar contigo sobre temas de religión y fe. Busca oportunidades de estudiar el tema y discutirlo juntos. Algo como: “¡Eso es un excelente punto! No lo había escuchado. ¿Te molestaría que yo pudiese estudiar más sobre ello y nos reunimos la semana próxima?” es lo que debes aspirar cuando lo amerita.
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4. Prepárate para decir “Yo no sé”
Esta es una respuesta muy refrescante. Tristemente, la humildad y sinceridad que conlleva dar esta respuesta no es algo común en este tipo de conversación.
Es una respuesta perfectamente apropiada, en específico cuando se une con el punto anterior. Es una excelente manera de provocar una próxima conversación y te da oportunidad de prepararte mejor en las objeciones que la persona trae.
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5. Acuerdo en el desacuerdo
A veces hay personas que, no importa cuántos argumentos y evidencias presentes, no lograrás que pueda ver el asunto como tú. Es importante recordar que la apologética no es para la persona abiertamente desafiante al Cristianismo, sino para el genuinamente curioso sobre él.
En este momento, lo mejor es admitir que no ven el asunto de la misma forma y hacerle entender que no es que quieras imponer lo que crees, sino demostrar que es razonable. Esto ayuda a que la persona no se sienta que la estás presionando a verlo igual que tú, y que valoras su punto de vista contrario, aunque no estés de acuerdo con él. A ésto se le conoce como “tolerancia.”
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6. Se agradecido
Es importante recordar que las conversaciones sobre la fe son profundamente significativas y llegan a las raíces de las creencias y valores. Agradécele a la persona su honestidad al compartir sus preocupaciones sobre la religión contigo y hazle saber que aprecias que te haya escogido a tí para entrar en un diálogo tan importante.
Siempre busca que la conversación termine agradablemente, para que no cierres el corazón de esa persona hacia tí. Así, esa persona podrá ver la realidad y verdad del Cristianismo más allá de tus argumentos…
La verá en tu vida.
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