Le sucede a todo Cristiano. De momento, la Biblia se vuelve aburrida y/o difícil de entender. Después de leer seis capítulos corridos de genealogías, nuestra mente comienza a tomar vuelo y pensar en otras cosas.
Queremos leer y sabemos lo importante que es – pero, ¡qué difícil es a veces!
Aquí unos consejos para volverse a enamorar con la lectura Bíblica.
Enamórate primero con el Autor de la Escritura
Imagina una joven que recibe una carta (o un correo electrónico) de su comprometido. La lee con ímpetu y emoción porque está enamorada del autor de la carta. Ella volvería a leer sus palabras, profundizando en cada oración para descubrir la riqueza de ellas.
De la misma forma, cuando nos enamoramos de Dios nos deleitamos en Sus palabras. Cuando nos enamoramos de Dios, la Biblia se convierte en una carta de amor para nosotros.
Me esforcé tanto por encontrarte,
no permitas que me aleje de tus mandatos.
He guardado tu palabra en mi corazón,
para no pecar contra ti. (Salmo 119:10-11)
Utiliza una traducción que entiendas
Hay varias traducciones para escoger. Hay algunas traducciones modernas que son excelentes. Es impresionante la diferencia que hace leer en un lenguaje sencillo y entendible, sin muchas comas ni palabras arcaicas. La Nueva Traducción Viviente, por ejemplo, es una de las traducciones más confiables, con lenguaje sencillo y certero.
Tu actitud es importante
Ante la Escritura, tenemos que entender que ella es quién nos ayuda a moldearnos al carácter de Cristo. No nos enfrentamos a ella para ver qué versículo bonito puedo poner en Facebook, sino para ser confrontado. Debemos acercarnos a ella con humildad, con un corazón contrito y, sobre todo, con un corazón gozoso y agradecido de poder aprender del corazón de Dios.
“Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido,
a los que tiemblan ante mi palabra.” (Isaías 66:2b)
Se realista con tus metas de lectura
Sólo tú conoces cómo son tus días – cuánto tiempo tienes y cuánto tiempo le puedes dedicar a la lectura Bíblica. Si tus días son frenéticos, sabes que es no es real que quieras leer más de tres capítulos diarios. Como mínimo, debesestudiar (“estudiar” incluye leer y meditar) un capítulo diario. Eso puede tomar entre 5 y 10 minutos, dependiendo del capítulo que leas. Si es de los capítulos de genealogías, probablemente no necesites tanto tiempo de estudio como uno de esos capítulos que tienen tres parábolas de Jesús. No importa si lees 5 capítulos diarios o uno, lo importante es que te seas realista con cuánto puedes leer y te comprometas con eso… ¡todos los días!
Pregunta “¿Por qué?”
Uno entra de lleno en la historia (y te ayuda a estudiar, no sólo a leer) cuando uno hace preguntas sobre el texto. La pregunta que más debes hacer es “¿por qué?” “¿Por qué Pedro negó a Jesús?” “¿Por qué en este evangelio dice algo, pero en este otro dice algo diferente?” Sin duda, te entretendrás leyendo y descubriendo la vida que vive dentro de las páginas de la Palabra.
Como siempre: ora cuando empieces y termines
Como dijo C.S. Lewis, la oración nos cambia a nosotros. Oramos para que Dios nos ayude a aprovechar el tiempo con su Verdad y para que siempre haya en nosotros un espíritu enseñable y moldeable a Su Palabra. Al concluir, agradécele a Dios el tiempo y el conocimiento que impartió. Pídele que te ayude a que sea una realidad en tu vida.
No te limites a leer el “versículo del día” de la aplicación de Biblia en tu móvil. Leer la Biblia es un ejercicio espiritual que ataca nuestra carne y nos ayuda a crecer. Es algo esencial en nuestro caminar con Cristo que necesita ser practicado con frecuencia. Es la mejor manera de conocerlo a Él – y cuando sabemos cómo Él vivió, podemos imitarlo y representarlo ante el mundo (1 Juan 2:6)
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