"¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo - 1 Jn 2:22 (RVR)".
Hay mucha especulación acerca de la identidad del anticristo. Algunos de los objetivos más populares son Vladimir Putin, Hubo Chávez, el príncipe Carlos de Inglaterra, y el Papa Francisco I. En los Estados Unidos, los anteriores presidentes Bill Clinton y George W. Bush, y el actual Presidente Barack Obama, son los candidatos más frecuentes. Así que, ¿quién es el anticristo, y cómo lo reconoceremos?
La Biblia no dice nada específico respecto a la procedencia del anticristo. Muchos eruditos de la Biblia especulan que él vendrá de la confederación de diez naciones y/o un renacimiento del Imperio Romano (Daniel 7:24-25; Apocalipsis 17:7). Otros lo ven como un judío, puesto que tendrá que serlo para afirmar que es el Mesías. Todo es especulación, puesto que la Biblia no dice específicamente de dónde vendrá el anticristo o a qué raza pertenecerá. Un día, el anticristo será revelado. 2 Tesalonicenses 2:3-4 nos dice cómo lo reconoceremos, “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”
Es probable que la mayoría de la gente que viva cuando se manifieste el anticristo, estuviere muy sorprendida de su identidad. El anticristo puede o no estar vivo en la actualidad. Martín Lutero estaba convencido de que el papa de su tiempo era el anticristo. Otros que han vivido en los recientes siglos han estado igualmente seguros de identificar al anticristo. A la fecha, todos han estado equivocados. Debemos poner nuestras especulaciones de lado, y enfocarnos en lo que en realidad dice la Biblia acerca del anticristo.
Apocalipsis 13:5-8 declara, “También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de Su nombre, de Su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo.”
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