Guillermo Maldonado es el autor de El Reino de Poder: Cómo Demostrarlo Aquí y Ahora (Whitaker House, 2013), un libro basado en la siguiente tesis: puesto que “el Reino de Dios es su voluntad y dominio ejercido en la tierra como es en los cielos”, “dondequiera que el reino de Dios gobierne, es visiblemente demostrado” [1], en forma de milagros, señales, sanidades y liberaciones, tal y como lo hizo Jesús. Maldonado argumenta que cada vez que Jesús anunciaba el evangelio del Reino, el pecado, la enfermedad, la pobreza, los demonios y la muerte eran derrotados [2]. Por tanto, los cristianos deben hacer lo mismo hoy.
En esta reseña quisiera analizar algunas ideas clave del libro a la luz de la Biblia.
1. El Reino de Dios en la tierra (sí, ya, ¡pero todavía no!)
Al inicio, Maldonado nos introduce al tema del Reino de Dios. Para definir el Reino usa ideas como “gobierno soberano” o “gobierno de un rey”, en el cual “[Dios] establece su voluntad en las vidas de su pueblo” [1]. Este entendimiento del Reino no es un mal comienzo. El Reino tiene que ver con las relaciones del Rey Jesús y su pueblo; Cristo reina en la vida de los creyentes, lo cual debe evidenciarse en obediencia, fidelidad y adoración al Rey. Sin embargo, Maldonado lleva la idea del Reino en la tierra demasiado lejos y entra en desequilibrio al enseñar que debemos esperar que las condiciones ideales del cielo se den en la tierra ahora: “Cuando ministro y conozco personas sufriendo de cáncer, recuerdo que el cáncer no existe en el cielo. Oro por esa persona y el cáncer se va. No tengo que esperar a que Jesús regrese… porque yo soy un portador del reino de Dios quien manifiesta su poder visiblemente aquí y ahora” [2]. “Cuando encontramos gente con artritis, diabetes, cáncer y otras enfermedades, debemos recordar que la enfermedad no existe en el cielo, y debemos “halar” el reino de los cielos a la tierra para que su poder se manifieste” [3].
Esta ideología promueve el error de unas condiciones terrenales idealizadas que no existen ni en las Escrituras ni en la realidad de un mundo caído (Ro. 8:18-23). Timoteo se enfermaba frecuentemente (1 Ti. 5:23). Pablo batalló contra la miseria de su pecado (Ro. 7:24), sufrió escasez económica, azotes, y diversas calamidades (2 Co. 11:16-33). Estos cristianos —verdaderos— sufrieron desgracias en la tierra, aun cuando estas no existen en el cielo. No podemos hacer desaparecer los males de este mundo simplemente porque no existan en la gloria. Esta idea de trasladar el cielo a la tierra es un simplismo ficticio y posee rasgos de lo que algunos llaman una escatología sobre-realizada —over-realized eschatology—, una exagerada comprensión escatológica que “materializa”, de manera forzada, beneficios que aún se hallan en el futuro. Sí, el Reino ya ha sido inaugurado, pero todavía no ha sido consumado. Ya vemos destellos del Reino hoy, pero la perfección está por llegar. Debemos mantener el equilibrio bíblico del “ya, pero todavía no”, un equilibrio ausente en la doctrina de Guillermo Maldonado.
2. ¿Un evangelio incompleto sin milagros?
Maldonado resalta los milagros como requisitos para predicar un evangelio completo y poderoso: “¿qué debería pasar cuando predicamos el ‘evangelio del reino’? Las mismas cosas buenas que pasaban cuando Jesús predicaba. Él demostraba el poder del reino con milagros, señales, sanidades y echando fuera demonios” [2]. “Predicar el reino de Dios con poder trae consigo la expulsión de demonios” [4]. “El evangelio del reino nunca puede estar separado de la salvación, la sanidad y la expulsión de demonios” [5]. Y lo más grave: “Si no ve el poder de Dios haciendo lo que hizo por medio de Jesús, entonces está predicando un evangelio incompleto o sustituto” [6]. Maldonado condiciona la integridad y el poder del evangelio a las sanidades, especialmente a los exorcismos, y coloca una carga sobre los pastores en particular y los creyentes en general, haciéndoles pensar que su predicación es carente a menos que hagan las señales del Hijo de Dios. Pero, ¿le falta algo a la predicación del evangelio si no va acompañada de expulsiones demoniacas? ¿Nos exige la Biblia estas manifestaciones hoy para que nuestra predicación sea “poderosa”?
Por un lado, los milagros del Nuevo Testamento no “completaron” el mensaje del evangelio. El evangelio es un hecho histórico completo en sí mismo, una noticia que describe la obra de salvación consumada por Jesús en la cruz. El objetivo de las señales milagrosas de Jesús fue acreditar que él venía de Dios: “Varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros” (Hch. 2:22). De forma similar, los apóstoles sanaron personas para confirmar al Mesías ante Israel: “Sea notorio a todos vosotros… que en el nombre de Jesucristo de Nazaret… por él este hombre está en vuestra presencia sano” (Hch. 4:10). Las sanidades y los exorcismos autentificaron a Cristo, su mensaje, y a sus apóstoles: “Las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros” (2 Co. 12:12). Hoy la Biblia acredita a Cristo con toda suficiencia y ya no hay apóstoles que avalar. Por tanto, si no vemos el poder sobrenatural de Dios en nosotros haciendo lo mismo que hizo por medio de Jesús, aun así, el evangelio que anunciamos sigue estando completo. El que añade requerimientos a este evangelio es el que realmente trae elementos sustitutivos.
Por otro lado, la Biblia no vincula primordialmente el poder del evangelio a los exorcismos, sino a la salvación de los pecadores y a su santificación: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16). Maldonado cita 1 Co. 4:20 (“Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder”) y 1 Ts. 1:5 (“pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder”) para defender que el evangelio del Reino es poder y no solo palabras, pero estos versos no hablan de sanidades o exorcismos en absoluto. Pablo está confrontando a los corintios envanecidos que no reflejaban una vida santa —en algunos no parecía haber evidencia de transformación fruto del poder de Dios—, lo cual sí fue el caso de los tesalonicenses: “vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra” (1 Ts. 1:6). Una vida santa es una evidencia más bíblica del poder de Dios que un exorcismo.
3. Los pastores no deberían preocuparse si no echan fuera demonios
El autor lamenta que los pastores que no han visto sanidades o expulsiones de demonios “sólo tienen un conocimiento mental del reino y no un conocimiento práctico del mismo” [2]. Con estas afirmaciones Maldonado perjudica a los líderes y los conduce hacia la confusión y a una potencial frustración. Los pastores no deberían preocuparse si no han visto sanidades o expulsiones de demonios. Más bien deberían asegurarse de que ellos mismos y las ovejas que Dios les ha encomendado son verdaderamente salvas y dan frutos de santidad, ya que no existe conocimiento más práctico del Reino que vivir en obediencia al Rey: “en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos” (1 Jn. 2:3). Además, la Biblia deja claro que los milagros no garantizan un conocimiento práctico del Reino de Dios: “¿no profetizamos… y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?… Nunca os conocí” (Mt. 7:22-23).
4. Los cristianos no son inmunes a la pobreza y pueden sufrir catástrofes
Maldonado dice que el Reino de Dios es inconmovible, por lo que si estamos bajo su cobertura no podremos ser sacudidos: “La enfermedad no podrá derrotarnos. La pobreza no podrá enseñorearse de nosotros… La corrupción moral no atrapará a nuestros hijos y los desastres naturales no nos destruirán” [2]. Maldonado basa estas nociones de inmunidad en He. 12:28 y Mt. 7:24-25. Pero cuando He. 12:28 habla de un “reino inconmovible” no lo hace para enseñar que las enfermedades o los desastres no podrán afectar a los cristianos. El reino inconmovible, en su contexto, está vinculado con la profecía de Hageo 2:6, en la que se anuncia la destrucción de las cosas temporales al final de los tiempos, y la importancia de que los hebreos se aferrasen al evangelio, al Reino inconmovible de Cristo. Igualmente, Mt. 7:24-25 es la historia del hombre prudente que edificó sobre la roca y el hombre insensato que edificó sobre la arena. Es un texto que trata sobre la Roca firme de la salvación —Cristo— y nada tiene que ver con los desastres naturales. Maldonado levanta falsas esperanzas de inmunidad sacando pasajes de contexto. El creyente, por grande que sea su fe, no es inmune a la enfermedad, a la escasez o a las catástrofes. También es posible que creyentes fieles tengan hijos que terminen desviándose del camino. Asegurar lo contrario —otra vez— puede confundir a las personas, que se verán desilusionadas al experimentar estos problemas (cayendo en la duda de si su fe quizá no sea lo suficientemente grande).
5. El error del “Yo declaro”
Al igual que Joel Osteen, Guillermo Maldonado introduce el concepto antibíblico del “Yo declaro”, que encuentra sus orígenes en la corriente filosófica del Nuevo Pensamiento: “Cuanto más declaremos lo que necesitamos, menos tiempo tendremos que esperar para recibirlo de Dios. De esta manera, el futuro se convierte en el ahora” [7]. Esta declaración no solo está centrada en los intereses del hombre sino que otorga a las palabras del ser humano una supuesta capacidad de dictar lo que debe suceder.
6. Milagros sorprendentes no verificados
El Reino de Poder es un libro repleto de milagros extremadamente sorprendentes. Se relata la reaparición de un ojo tras haber sido perdido en un accidente, la curación de una persona con enfermedad de Crohn, creaciones de glándula tiroides y riñones, la sanidad de un cáncer de mama con aparición de seno incluida y hasta resurrecciones de personas. Según Maldonado: “Hemos visto a Jesús sanar personas con cáncer, SIDA, hepatitis, artritis, diabetes, lupus, desórdenes bipolares, esquizofrenia y otras enfermedades más. Muchas han experimentado milagros creativos, tales como recibir órganos nuevos que antes faltaban, o la restauración de un paladar hendido. ¿Por qué sucede esto? Porque creemos que el cielo es una realidad que se puede vivir aquí y ahora” [8]. Los fraudes demostrados en reuniones de sanidad y eventos similares deben hacernos prudentes (o más bien escépticos). Las historias sobrenaturales de Maldonado permanecen sin comprobación desde la perspectiva del lector.
7. Maldonado y el evangelio
En El Reino de Poder encontramos algunas frases sobre el arrepentimiento, el pecado y la cruz: “Arrepiéntase de su estilo de vida pasado, renuncie al pecado, a la iniquidad y a la rebelión contra Dios, y vuélvase a Él” [9]. “Por medio del sacrificio de Jesús en la cruz fuimos perdonados” [10]. También habla del infierno: “Mientras tanto, el mundo sigue perdido y la gente se muere y va al infierno” [11]. No es un libro que niegue estas verdades fundamentales aunque tampoco habla mucho de ellas. No obstante, aunque Maldonado menciona aspectos importantes del evangelio en términos ortodoxos, la debilidad teológica general de su libro merma la fiabilidad global de su discurso.
Conclusión
No recomiendo “El Reino de Poder” por seis razones: (1) Promueve una escatología sobre-realizada irreal, (2) enseña que la predicación del evangelio está incompleta si no hay milagros, (3) puede confundir a los pastores, (4) puede confundir a los creyentes en general, (5) contiene ideas no cristianas y (6) abunda en manifestaciones sobrenaturales altamente sorprendentes que carecen de verificación.
Referencias:
[1] Cap. 1: El reino de Dios está en usted – El reino de poder
[2] Cap. 1: El reino de Dios está en usted – Cualidades del reino de Dios
[3] Cap. 1: El reino de Dios está en usted – Orando para que el reino venga
[4] Cap. 4: El conflicto espiritual entre dos reinos – La clara evidencia que el reino ha llegado
[5] Cap. 5: El evangelio del reino proclamado en el ahora – El poder del reino viene de la palabra del Rey
[6] Cap. 5: El evangelio del reino proclamado en el ahora – Predicando el evangelio del reino con evidencia sobrenatural en el ahora
[7] Cap. 8: Fe: La moneda del reino – ¿Qué es la fe?
[8] Cap. 1: El reino de Dios está en usted – La prioridad de buscar el reino
[9] Cap. 1: El reino de Dios está en usted – Cómo entrar en el reino de Dios
[10] Cap. 3: La resurrección de Jesús estableció su reino y dominio sobre el reino de las tinieblas – Revelaciones esenciales de la resurrección
[11] Cap. 10: La expansión del reino por la fuerza espiritual – Debemos tener revelación para ir por todo el mundo
Patricio Ledesma es miembro de la Iglesia Bautista Reformada de Palma de Mallorca (España) y sirve como coordinador de 9Marks en español. Actualmente se encarga del ministerio de predicación en un nuevo punto de misión establecido en el Arenal, una población costera cercana a la ciudad de Palma. Patricio vive en Mallorca junto a su mujer, hijo e hija.
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