La exaltación de la sensualidad
Mat 24:38-39 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
El Diccionario de la Real Academia Española define la sensualidad como una propensión excesiva a los placeres de los sentidos. Una persona sensual se dedica a satisfacer los gustos naturales, los deleites de la carne, y se ocupa de las cosas que incitan y satisfacen su vista, su tacto, su gusto, su oído y su olfato. 1Jn 2:15-16 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. La versión Biblia en Lenguaje Sencillo (BLS) lo pone en estas palabras: 1Jn 2:15-16 No quieran ustedes ser como los pecadores del mundo, ni tampoco hacer lo que ellos hacen. Quienes lo hacen, no aman a Dios el Padre.
Las cosas que ofrece la gente del mundo no vienen de Dios, sino de los pecadores de este mundo. Y estas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos y el orgullo de poseer muchas riquezas. ¿ Quiénes son los sensuales? Judas 1:17-19 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Estos son los que causan divisiones; ¨ los sensuales¨, que no tienen al Espíritu. En esta escritura, la palabra sensuales se tradujo del griego psuquikos, que define a una persona sensitiva, llevada por la mente natural, esto es, que no ha nacido de nuevo. Diríamos, siguiendo con la línea de esta serie, que se trata de alguien que practica un cristianismo sin sangre.
Este mismo término, psuquikos, aparece también en una de las cartas del apóstol Pablo: 1Co 2:14 Pero el hombre natural (psuquikos) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Y revisando otras traducciones de Judas 1:19 podemos encontrar más detalles sobre el hombre sensual: Biblia Al Día (BAD): Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu. Dios Habla Hoy (DHH): Estos son los que causan divisiones, viven sensualmente y no tienen al Espíritu. Biblia de Navarra (EUNSA): Estos son los que crean divisiones, hombres meramente naturales, que no tienen el Espíritu. La Biblia de Las Américas (LBLA): Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu. Palabra de Dios para Todos (PDT): Esos son los que causan división, viven de acuerdo a los instintos naturales y no tienen el Espíritu. Biblia Versión del Oso (SSE): Estos son los que hacen divisiones, son como animales, no teniendo el Espíritu.
Los seres humanos tenemos, todos, un lado sensual que debe ser sujetado y dominado por el nuevo hombre. El cristianismo actual, sin embargo, en lugar de sujetarlo parece alentarlo con frases como yo creo, yo siento, yo pienso, todo se centra en el yo, en los sentidos naturales, en lo terrenal Es así como el pragmatismo, una filosofía que básicamente rechaza la existencia de verdades absolutas, parece reinar entre muchos que se dicen creyentes. No son pocos los que diciéndose cristianos, afirman que las ideas pueden cambiar y los conceptos variar para acomodarse a la actualidad, a la moda. Así por ejemplo, aunque el mandamiento bíblico dice “no fornicarás”, el pragmático dice “bueno, ciertamente eso dice la Biblia, pero si la pareja se ama, entonces no es malo”. También está entre nosotros en la iglesia de hoy el subjetivismo, que es lo relativo al modo personal de pensar o de sentir. Así por ejemplo, aunque la Biblia es clara respecto a la existencia del infierno como un lugar de castigo al que van los que no han desdeñado al Señor, hay quienes dicen “yo pienso, yo creo, yo siento que un Dios de amor no echará a nadie al infierno”. Y qué decir del sincretismo, que es un sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes en una sola. El ecumenismo irracional es el mejor ejemplo de ello.
¡Todas estas filosofías están inmersas en la forma en que muchos viven el cristianismo hoy en día! Se trata de un cristianismo sensual, promovido por hombres carnales que han entrado a la iglesia pero no han nacido de nuevo, no han sido lavados por la sangre de Cristo ni tienen al Espíritu Santo, tal como era la gente en los días de Noé. Mat 24:38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo… Revisemos las palabras usadas en el original para tener un mayor entendimiento al respecto. Comiendo se tradujo del griego trogo que habla de mordisquear, morder o mascar en un proceso lento. Se trata de una práctica a la que los mundanos sensuales se dedicaban de una manera excesiva, sólo para satisfacer los sentidos, que los llevó a dejar lo verdaderamente importante, el amar a Dios, el caminar con Dios, el obedecer a Dios. Bebiendo se tradujo del griego pino, que significa literalmente embriagarse con vino, tal como ahora mismo ocurre con las ovejas de un pastor que se jacta de llevarlas él mismo a beber a un antro, en una actitud claramente contraria al cuidado que el Señor demanda a los pastores. Pero también tiene un significado figurado, que podemos encontrar aquí: Apo 18:3-4 Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites. Y oí otra voz del cielo, que decía: salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados. Aquí la palabra deleites se tradujo del griego strenos, que figurativamente habla de un lujo insolente y voluptuoso, de orgullo, soberbia, desvergüenza, de complacencia en los deleites sensuales.
Es lo que caracteriza en nuestros días al enfoque que algunos predicadores le dan al evangelio, centrado en la obtención de riquezas y beneficios para el creyente, alejado ya del verdadero cristianismo. Rom 1:29-32 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican. Revisemos, para un mejor entendimiento, Romanos 1:32 en varias versiones: (BLS) Saben que Dios ha dicho que quienes hacen esto merecen la muerte, pero no sólo siguen haciéndolo sino que felicitan a quienes también lo hacen. (DHH) Saben muy bien que Dios ha decretado que quienes hacen estas cosas merecen la muerte; y, sin embargo, las siguen haciendo, y hasta ven con gusto que otros las hagan.
La sensualidad es una característica de los hombres de los últimos tiempos; el culto al físico y al goce del entretenimiento son algunas de las industrias más prósperas. La gente de hoy no escatima en gastos y en esfuerzos para verse mejor y disfrutar de la vida a cualquier precio. Aparecen ofertas en hoteles, casinos, resorts y lujosos cruceros a donde la gente acude gozosa, en medio de un frenesí de sensualidad, de algarabía y de diversión. No son pocos los que incluso se ocupan de modificar su rostro y de cultivar su cuerpo en gimnasios o clínicas de cirugía estética, todo con tal de desarrollar los músculos y proyectar la imagen de símbolo sexual, mientras las mujeres se afanan en engañar al tiempo estirando sus arrugas e incrementando el volumen de sus pechos, sus glúteos y todo lo que sea necesario para asemejarse a las figuras del cine y de la farándula. Esa misma sensualidad, hay que decirlo, ha invadido la Iglesia. El hedonismo y la sensualidad ha alcanzado lo mismo a predicadores que a cantantes que sólo salen a ministrar habiendo pasado por las manos de su maquillista o su asesor de imagen, quienes presentan desde actos de circo hasta desfiles de moda en sus congregaciones, cuyas reuniones se han transformado en verdaderos espectáculos que buscan competir -casi siempre sin éxito- con las grandes producciones del mundo.
Los cautivantes y rimbombantes eventos cristianos son una alfombra roja para el paso del placer y del glamour, una aproximación al mundo. Es una pena observar que por este despliegue de sensualidad, muchas iglesias están llenas a reventar. La sensualidad, según se ve, atrae a las multitudes; el fin, para los pragmáticos, justifica los medios. Muchos líderes han sido ya seducidos y se están acomodando a las corrientes del mundo; vociferan que las estrategias que aplican están dando resultados, y predican un evangelio diluido, falso, no les importa utilizar métodos fraudulentos y medios que ciertamente atraen a las personas, pero que no convierten el corazón. Algunos argumentan con base en 1 Corintios 9:20 que así como Pablo se hizo judío para ganar a los judíos, así nosotros debemos aplicar los métodos del mundo para atraer a la gente y podemos hacernos raperos, góticos, darkettos, emos o cualquier otra cosa para alcanzarlos a todos.
Los que plantean este argumento, simple y llanamente, están dando rienda suelta a su sensualidad. El ejemplo de Pablo no es argumento para defender lo anterior: ser judío no es una moda ni un estilo, lo que el apóstol enseña en ese pasaje está muy lejos de lo que hoy plantea el liberalismo de los líderes sensuales. Pablo jamás comprometió las verdades esenciales del Evangelio para ganar para Cristo a las personas, él nunca traicionó el Evangelio, ni lo diluyó, ni lo abarató como suelen hacerlo los sensuales infiltrados en la iglesia de hoy. Lo que realmente convierte al pecador es exclusivamente la locura de la predicación del Evangelio de la Cruz, de la negación del yo, andar por el camino angosto, el arrepentimiento, el nacer de nuevo.
En este escenario de evidente sensualidad religiosa, incluso, han emergido talentosos showman autoproclamados predicadores, gente que posee la chispa y el carisma artístico para mantener entretenidas y embelesadas a cientos de miles de personas embelesadas que disfrutan de su capacidad histriónica, de su don de bufones. Estos actores, al final de su show evangélico, le dan una pequeña embadurnada de Biblia a sus mensajes citando algún pasaje para aparentar ser predicadores de la Palabra de Dios. ¡Qué insulto al Señor! ¡Cristo no fue un payaso que deseaba entretener a su audiencia, ni bailoteó al son que le tocó el mundo! Él es el Rey Soberano que volverá por aquellos que le amaron y que lo esperaron con anhelo y paciencia como Noé, que tardo 120 años en construir el Arca que lo salvó, y que mientras venía el juicio se dedicó a pregonar el arrepentimiento y el volver a Dios. Pero sospecho que como sucedió en los días de Noé, que sus contemporáneos no le creyeron y siguieron dándole rienda suelta a su sensualidad, así está la presente generación: su corazón está lleno de glotonería evangélica sensual y su alma está contenta al satisfacer sus sentidos con un buen show milagrero y aparentemente evangélico.
Los sensuales modernos son enemigos de la cruz de Cristo. Fil 3:18-19 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. (BAD) Fil 3:18-19 Como os he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo. Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus propios deseos y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Sólo piensan en lo terrenal. Pocas veces habló Pablo con la intensidad con que expresa estas palabras a los Filipenses: ¡él mismo reconoce que las dice llorando! La razón de su dolor es muy precisa: está desenmascarando a los enemigos de la cruz de Cristo. ¿Qué cosa tan grave hacían que provocaron tanto dolor en el amado apóstol? Dos cosas se pueden ver en estos versículos como características de esta clase de cristianos: su sensualidad y su amor al mundo. “Cuyo dios es el vientre”, dice Pablo.
Esto nos habla de personas que viven en deleites, en placeres. Son sensuales. Pablo identifica a esta clase de supuestos cristianos como “amadores de los deleites más que de Dios” en 2ª Tim.3:4. Pedro por su parte también hace referencia a ellos en 2ª Pedro 2:13 como “los que tienen por delicia el gozar de los deleites cada día”. Y en Judas 18-19 se les describe como “burladores que andarán según sus malvados deseos… los sensuales, que no tienen al Espíritu”. Si en los días en que Pablo escribió a los Filipenses ya existían los sensuales, en estos últimos tiempos han inundado la Casa de Dios, son una plaga que ha crecido a pasos agigantados. Queda claro: como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Esos días se han acercado. Los estamos viviendo. Apenas un poco más y el que ha de venir, vendrá.
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