Durante una entrevista en Enlace, conferencista de jovenes Lucas Leys, habló sobre la santidad y el pecado.
En el siguiente video Lucas Leys, afirma que la razón por la que Dios odia el pecado, no es por ser santo, sino porque lastima al hombre y le impide tener una vida plena:
En cuanto esta enseñanza o declaraciones de Lucas Leys, debemos citar lo siguiente:
“Leys empezó bien. La santidad que se produce como consecuencia de haber comprendido y experimentado la gracia divina no actúa por temor al castigo sino por la gratitud de no recibir justo lo que merecíamos, esto es condenación”. Hasta este punto estamos de acuerdo con Lucas Leys. El verdadero peligro de esta declaración, radica en que según Lucas, el hombre es el centro de todo lo que Dios odia y de todo lo que Dios hace. Esto contradice la Biblia.
Cuando Lucas Leys dice que “a Dios no le molesta el pecado porque él sea santo”, según este razonamiento de Lucas, Dios no se siente ofendido con el pecado por ser algo malo y por ser violatorio a sus mandamientos, sino que “le molesta porque el pecado lastima al hombre”, afirma Leys. Es evidente que esto es una enseñanza centrada en el hombre, en otras palabras, todo el evangelio y todo el plan de redención, y todo lo que Dios hizo para que la humanidad pueda ser libre del pecado, no radica en que Dios se siente ofendido por la desobediencia del hombre, sino porque ese pecado le daño al hombre.
Sin embargo, sobre la santidad, la Biblia dice que el pecado es “transgesion de la ley” (1 Jn 3:4). En otras palabras, pecamos cuando desobedecemos un mandamiento o ley del Dios Soberano, esto enoja a Dios. Lo grave del pecado no es solo que nos hace daño, es que hire a Dios, ofende a Dios, y porque al pecar actuamos con un corazón idolatra buscando nuestros propios deseos, haciendo lo malo, sin importar como se pueda sentir Dios.
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