NO COMETAS ESTOS 4 ERRORES CUANDO LEAS LA BIBLIA
Por: JOSUÉ BARRIOS
Estos son los cuatro errores más frecuentes que las personas cometen al leer la Biblia. ¡No los cometas tú también!
- LEER MUY RÁPIDO.
Nunca sabes lo que te pierdes al leer rápido la Palabra de Dios hasta que la empiezas a leer con más cuidado y te preguntas por qué no la leías antes así.
Te lo digo por experiencia. “La Biblia no es un libro para leer a la ligera porque no es un libro sobre asuntos ligeros”
La Biblia no es un libro para leer a la ligera porque no es un libro sobre asuntos ligeros. Qué diferencia a la Biblia de todos los otros libros. La Biblia es la Palabra de Dios (2 Timoteo 3:16-17). No solo empezamos a vivir realmente por ella (Santiago 1:18), sino que también seguimos viviendo por ella (Mateo 4:4).
Si lees la Biblia muy rápido, te puedo asegurar que cuando empieces a leerla sin prisa verás cosas que no veías antes. Verás más de la grandeza de nuestro majestuoso Dios… y serás menos orgulloso.
Las personas que leen a la ligera la Biblia son personas que creen que saben mucho cuando en realidad saben muy poco. Si en verdad leyeran bien la Palabra, serían más humildes y vivirían con verdadero gozo al conocer a Dios en ella.
- LEER CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS FUERA DE CONTEXTO.
El viejo proverbio es cierto: “Un texto sin contexto es un pretexto”.
Sacar de contexto las palabras de otra persona es algo malo y que nadie quiere que le hagan. Ahora imagina lo malo que es sacar de contexto la Palabra de Dios.
Lamentablemente, eso es algo que muchas personas han hecho y por lo cual Dios les juzgará. Nada es más serio que la Palabra de Dios.
Es INMENSA la cantidad de herejías basadas en versículos sacados de contexto que muchas personas que dicen ser cristianas creen.
- LEERLA SIN ORACIÓN.
No es casualidad que Calvino haya escrito más sobre la importancia de la oración que sobre la doctrina de la predestinación. Y es que nos hace daño tener conocimiento de Dios en la mente si no bajamos ese mismo conocimiento al corazón por medio de la oración.Paul Washer da en el blanco cuando dice que… “Si solo estudias la Biblia y no oras, te convertirás en alguien con el corazón duro. Y si solo oras pero no estudias la Biblia, te convertirás en un sentimentalista que será arrastrado por cualquier viento de doctrina”.
“La lectura de la Palabra debe ir de la mano con la oración” La lectura de la Palabra debe ir de la mano con la oración. De hecho, una lectura correcta de la Biblia nos conducirá a ser personas de oración porque en la Palabra conoceremos más a Dios, lo cual nos lleva a ver su grandeza, postrarnos ante Él y confiar en Él.
Dios usa la oración fundamentada en su Palabra para cambiarnos, colocar en nuestro interior lo que hemos leído, y además para hacernos entender mejor Su verdad cuando la leemos y meditamos.
Lo que dice Charles Spurgeon es cierto: “Los textos [de la Biblia] con frecuencia se negarán a revelarnos sus secretos hasta que los abras con la llave de la oración”
- LEERLA SIN HACERTE LAS PREGUNTAS NECESARIAS.
Muchas personas no se hacen las preguntas apropiadas que deben hacerse cuando leen la Biblia, sino que miran la Palabra en vez de leerla, usando lentes que les han dado en alguna congregación o denominación.
Me explico con el siguiente ejemplo que vemos mucho en Latinoamérica:
A las personas en muchas “iglesias” se les enseña que Dios quiere que sean millonarios, saludables y “exitosos”. Es lo que se conoce como el “evangelio de la prosperidad”. Me temo que la mayoría de las personas a las que les enseñan eso, cuando leen la Biblia lo hacen a través del lente de las falsas enseñanzas que les dieron, el lente del “evangelio de la prosperidad”, y por eso ven solo lo que les enseñaron a ver. No están leyendo en realidad. De esa forma sacan versos de contexto y no conocen realmente a Dios. Entonces tenemos a gente que aparentemente lee la Biblia y realmente cree que el propósito de Dios es algo distinto a lo que Él quiere realmente para cada uno de nosotros.
Te acabo de hablar del lente del “evangelio de la prosperidad”, pero la verdad es que existen muchos lentes más de los cuales debemos huir.
Necesitamos ser más enseñables por Dios y reflexivos a la hora de leer la Palabra. Esto se hace cuando nos quitamos los lentes que hemos adoptado. ¿Y cómo nos quitamos esos lentes? Haciéndonos las preguntas que tenemos que hacernos al leer la Biblia.
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