Los cristianos en Paquistán están siendo obligados a renunciar a Jesucristo y convertirse al Islam, o de lo contrario, convertirse en esclavos, para poder recibir la ayuda humanitaria que necesitan, tras las inundaciones torrenciales, que acabaron con sus casas y sus pertenencias este mes de agosto.
Más de 60 familias de la región de Kasur, al oeste de Paquistán, han sido abandonas a su suerte, sin comida, agua, ni medicinas, semanas después de la catástrofe natural que trajo consigo más de 200 muertos.
Pero la situación es aún más vergonzosa, ya que a estas familias, se les ha negado la posibilidad de alojarse en albergues, o tener acceso a agua potable y comida, que es la ayuda que el gobierno de Paquistán y las ONG musulmanas están brindando a los musulmanes.
Wilson Chowdhry, presidente de la Asociación de cristianos británicos y paquistaníes, ha confirmado que a algunos se les ha dado la posibilidad de abandonar su fe, a cambio de recibir asistencia.
“Sabemos que a miembros de nuestra comunidad, se les ha ofrecido, por parte de organizaciones musulmanas, ayuda si se convertían, pero ellos nunca han aceptado”, ha explicado Chowdhry.
“Estas familias literalmente han sufrido el no tener nada de comida. Algunas iglesias han abierto sus puertas, pero no han podido ofrecer mucha ayuda, porque tampoco reciben esas ayudas. Estamos hablando de una zona muy rural de Paquistán”, ha añadido.
Chowdhry comentaba que algunas familias víctimas de las inundaciones, incluso han firmado contratos abusivos, aceptando trabajar como esclavos, para poder ver cubiertas sus necesidades básicas.
“Hemos llegado demasiado tarde, primero fuimos a Layyah y Gilgit, pero si hubiéramos llegado una semana antes a Kasur, quizás hubiéramos podido salvar a más gente de la lacra de la esclavitud”.
A pesar de todo, estos cristianos se aferran a su fe en Jesucristo, incluso en medio de tantas dificultades. “Están firmes en su fe, creen que Dios proveerá”, ha comentado Chowdhry.
PERSECUCIÓN EN BURMA Los cristianos que han sido víctimas de inundaciones en Burma, están pasando por la misma situación, en un país que es de mayoría budista. Naw, un cristiano del país, contaba que, cada vez que ha intentado solicitar una ayuda, le han dicho que no hay recursos.
“Y más tarde, veía a mucha gente con bolsas llenas de materiales de primera necesidad que se llevaban a sus casas”, recuerda Naw.
“Pensé que solo me pasaba a mi, hasta que, en un culto de oración, lo compartí, y prácticamente todos habíamos pasado por lo mismo”, añade. “Enseguida comprendimos por qué nos denegaban la ayuda, o nos daban menos que al resto. Las autoridades locales están en contra de que alabemos a Jesús, ya nos ha creado problemas antes, así que nonos sorprende”, concluye.
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