¿Qué es
la Transubstanciación?
La Transustanciación es una
doctrina de la Iglesia Católica Romana. El Catecismo de la Iglesia Católica
define esta doctrina en su sección 1376:
“El Concilio de Trento resume la fe católica declarando: “Puesto
que Cristo nuestro Redentor dijo que era verdaderamente su sangre la que se
ofrecía bajo las especies del pan, ésta siempre ha sido la convicción de la
Iglesia de Dios, y este santo Concilio lo declara nuevamente ahora, que por la
consagración del pan y el vino, se efectúa un cambio de toda la sustancia del
pan en la sustancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y toda la sustancia del
vino en la sustancia de su sangre. A este cambio, la santa Iglesia Católica le
ha llamado justa y apropiadamente la transustanciación.”
En otras palabras, la Iglesia Católica Romana enseña que una vez que un sacerdote ordenado, bendice el pan en la Cena del Señor, éste se transforma en la misma carne de Cristo (aunque retiene su apariencia, olor y sabor de pan); y cuando él bendice el vino, éste es transformado en la misma sangre de Cristo (aunque retiene la apariencia, olor y sabor del vino). ¿Es bíblico este concepto? Hay algunas Escrituras que si se interpretan estrictamente en su forma literal, indicarían que la presencia de Cristo “está realmente” en el pan y el vino. Como ejemplo tenemos a Juan 6:32-58; Mateo 26:26; Lucas 22:17-23; y 1 Corintios 11:24-25.
En otras palabras, la Iglesia Católica Romana enseña que una vez que un sacerdote ordenado, bendice el pan en la Cena del Señor, éste se transforma en la misma carne de Cristo (aunque retiene su apariencia, olor y sabor de pan); y cuando él bendice el vino, éste es transformado en la misma sangre de Cristo (aunque retiene la apariencia, olor y sabor del vino). ¿Es bíblico este concepto? Hay algunas Escrituras que si se interpretan estrictamente en su forma literal, indicarían que la presencia de Cristo “está realmente” en el pan y el vino. Como ejemplo tenemos a Juan 6:32-58; Mateo 26:26; Lucas 22:17-23; y 1 Corintios 11:24-25.
El pasaje que se señala más
frecuentemente es Juan 6:32-58, especialmente los versos 53-57, “Jesús les
dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre,
y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne
es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y
bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y
yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.”
Los Católicos Romanos interpretan este pasaje literalmente, y
aplican este mensaje a la Cena del Señor, al cual ellos llaman la “Eucaristía”
o “Misa”. Aquellos que rechazan la idea de la transustanciación interpretan la
idea de las palabras de Jesús en Juan 6:53-57 figurativa o simbólicamente.
¿Cómo podemos saber cuál es la interpretación correcta? Pero, a Dios gracias,
Jesús hizo excesivamente obvio lo que Él quiso decir. En Juan 6:63 declara, “El
espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os
he hablado son espíritu y son vida.”
Jesús establece específicamente que Sus
palabras son “espíritu”. Jesús estaba usando conceptos físicos, como el comer y
el beber, para enseñar una verdad espiritual. De la misma manera que el
consumir físicamente comida y bebida mantiene nuestros cuerpos físicos, de
igual manera nuestras vidas espirituales son salvadas y construidas al recibir
a Jesucristo por gracia a través de la fe. El comer la carne de Jesús y beber
Su sangre son los símbolos de haberle recibido total y completamente en
nuestras vidas.
Las Escrituras declaran que la Cena del Señor es un memorial del
cuerpo y la sangre de Cristo (Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24-25), y no la
consunción misma de Su sangre y cuerpo físico. Cuando Jesús estaba hablando en
Juan capítulo 6, aún no había tenido lugar la Última Cena con Sus discípulos,
en la que Él instituyó la Cena del Señor. Es injustificado leer La Cena del
Señor / Comunión Cristiana en el capítulo 6 de Juan. Para una información más
completa sobre estos puntos, favor de leer nuestro artículo titulado: La
Sagrada Eucaristía.
La razón principal por la que la transustanciación debe ser
rechazada es porque es vista por la Iglesia Católica Romana como un
“re-sacrificio” de Jesucristo por nuestros pecados, o como una “re-ofrenda /
re-presentación” de Su sacrificio. Esto está directamente en contradicción a lo
que dice la Escritura; que Jesús murió “una sola vez” y no necesita ser
sacrificado nuevamente (Hebreos 10:10; 1 Pedro 3:18). Hebreos 7:27 declara,
“que no tiene necesidad cada día como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero
sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo
hizo (Jesús) UNA VEZ para siempre, ofreciéndose a Sí mismo
La Doctrina De La
Transubstanciación Refutada y su historia
El Concilio de Trento afirma: "Porque Cristo, nuestro
Redentor, dijo que lo que ofrecía bajo la especie de pan era verdaderamente su
Cuerpo, se ha mantenido siempre en la Iglesia esta convicción, que declara de
nuevo el Santo Concilio: por la consagración del pan y del vino se opera el
cambio de toda la substancia del pan en la substancia del Cuerpo de Cristo
nuestro Señor y de toda la substancia del vino en la substancia de su sangre;
la Iglesia Católica ha llamado justa y apropiadamente a este cambio
transubstanciación” (CIC, 1376).
El catecismo dice: “Sólo los presbíteros válidamente
ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar el pan y el vino para que
se conviertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor” (CIC N° 1411).
La iglesia católica basa la doctrina de la transubstanciación en
Juan 6:53. El pasaje dice asi: “Jesús les dijo: De cierto, de cierto os
digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis
vida en vosotros”.
Otro pasaje de la biblia que la iglesia católica usa para basar su
doctrina es este: "Porque yo recibí del Señor lo que también os he
enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo
dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por
vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la
copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi
sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de
mí" (1 Corintios 11:23-25).
La iglesia católica cree que Jesus hablaba literalmente. Pero eso
es absurdo. Si entendemos de manera literal que el pan y el vino es Jesus mismo
literalmente en toda su humanidad y deidad, entonces Jesus enseño a blasfemar.
Si el pan y el vino es el Señor Jesus por la consagración,
entonces:
1. Si Jesus es comido con cuerpo, alma y naturaleza Divina
entonces el catolico es canibal.
Los únicos, en la biblia, que comieron un cuerpo humano con
sangre, fueron los perros que comieron a Jezabel y personas que se apartaron de
Dios.
Isaías 9:20 dice: "Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo".
Este pasaje habla de hurtar y de comer. Si hurtar es malo, comer la carne humana es pecado.
Isaías 9:20 dice: "Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo".
Este pasaje habla de hurtar y de comer. Si hurtar es malo, comer la carne humana es pecado.
Levítico 26:29 dice: “Comeréis la carne de vuestros hijos,
y la carne de vuestras hijas comeréis”.
Este pasaje habla de personas desobedientes que como consecuencia
de su pecado y rebelión sufrirán las consecuencias y castigos de Dios. En el
mismo capitulo se advierte que eso sucedera si desdeñareis mis decretos,
y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis
mandamientos, e invalidando mi pacto” (Levitico 26:15).
Jeremias 19:9 dice: “Y les haré comer la carne de sus
hijos y la carne de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo durante
el sitio y en la aflicción con que les afligirán sus enemigos y los que buscan
su vida”.
Estos pasajes no aprueban el canibalismo, sino que son
consecuencias y castigos por haber pecado.
Lamentaciones 4:10 dice: “Las manos de mujeres compasivas
cocieron a sus propios hijos, que les sirvieron de comida a causa de la
destrucción de la hija de mi pueblo”.
Estos pasajes hablan de como mujeres que eran compasivas llegaron
en su desesperación a hacer algo tan abominable, como cocinar a sus propios
hijos y comerlos.
Flavio Josefo, hablando sobre la destrucción de Jerusalén por los
romanos al mando del general Tito dice: “Mientras tanto, incontables
miles de judíos morían de hambre. En cada casa donde había el menor bocado de
comida, los parientes luchaban por él. Transidos de hambre, los proscritos
husmeaban como perros enloquecidos, royendolo lo que fuera: cinturones, zapatos
e incluso el cuero de sus escudos. Otros devoraban manojos de paja, y luego
sucedió el horroroso caso de María de Betezuba. Distinguida en familia y
fortuna, María había huido a Perea a Jerusalén, pero sus propiedades habían
sido saqueadas por los tiranos durante el asedio, y su comida por los registros
diarios de sus seguidores. Enloquecida por el hambre, tomó a su bebé que tenía
en su pecho, y dijo: “ìPobre bebé! ¿Por qué debería preservarte para la guerra,
el hambre y la rebellion? Ven, sé mi alimento (…) con esto, mató a su pequeño,
asó su cuerpo, y devoró la mitad del mismo, ocultando el resto. Los rebeldes
llegaron al instante (…) amenazándola si no les entregaba lo que había
preparado (…) destapando los restos del bebé. Ellos se quedaron paralizados de
horror (…) y les dijo: Servíos porque yo ya he tenido mi parte (…) pero si sois
melindrosos y no aprobáis mi sacrificio, dejadme el entonces el resto para mí.
Ellos salieron temblando (…) mientras que los romanos quedaban horrorizados
–por el – canibalismo infantil…” (Guerra de los judíos, libro VII,
caps. VII-VIII, sec. 223-225, Adaptación de Paul L. Maier).
Josefo dice que los romanos se horrorizaron por el
canibalismo.
2. Si el pan y el vino son el cuerpo y sangre de Cristo de manera
literal, entonces cuando el cristiano lo come, lo que esta haciendo es asesinar
a Cristo con los dientes. El apóstol Pedro condeno a lo judíos por haber matado
a Cristo, asi que si un católico cree en la doctrina de la transubstanciación,
lo que debe de creer es que matar a Jesus es algo moral y bueno, y asi
contradecir al apostol Pedro.
3. Si Jesús esta en la boca y por alguna razon no intencionada se
vomita ese pan y vino, entonces el catolico echa de su boca a Jesus en el
suelo. Lo cual no puede ser posible. Jesus no puede estar en una situación asi.
4. Es absurda, si uno participa de la eucaristia y en ese momento
alguien se come el pan y el vino, entonces los muchos otros que participan en
ese mismo tiempo tienen tambien a Jesus en sus bocas y asi hay muchos Jesus.
Jesus solo como Espiritu puede ser omnipresente, pero su cuerpo fisico no, eso
no es posible, por lo tanto la doctrina catolica en realidad hace que haya mas
de un Jesús físico.Asi que eso significaria que hay muchos Jesus. Si todas las
galletas y jugos de uva son un solo Jesus, entonces toda esa comida junta hace
del cuerpo de Cristo uno muy grande a diferencia del cuerpo de Cristo, lo que solo
contradeciría la misma postura católica.
5. Cuando se participa de la eucaristia, al comer a Jesus, lo que
se hace es mezclar la naturaleza carnal heredada de Adan con la naturaleza
Santa e inmaculada de Jesus.Los católicos no aceptan que Maria haya tenidoun
cuerpo pecaminoso para engendrar a Jesús, pero si creen que Jesus se mezcla con
una naturaleza pecaminosa, cuando Jesus es comido, supuestamente de manera
literal. Lo que ellos hacen es solo contradecirse.
6. Se vuelve blasfema, porque Jesús estaria en medio de excremento
y gusanos. Jesus en ese caso estaría en una situacion que solo un catolico
puede concebir y aceptar con alegría.
7. Esta creencia hace que uno se convierta en un vampirista. Dios
prohibe el comer sangre. La iglesia ordeno que los creyentes no coman
sangre (Hechos 15:28-29).
Dios no prohibio comer sangre de animal solamente. La razón por la
que una persona no puede comer sangre es que la vida de la carne esta en la
sangre. Levítico 17:10-12 deja esto bien claro: "Si cualquier
varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere
alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la
cortaré de entre su pueblo. Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo
os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la
misma sangre hará expiación por la persona. Por tanto, he dicho a los hijos de
Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora
entre vosotros comerá sangre".
La vida de la carne humana tambien esta en la sangre, asi pues la
sangre humana tampoco se puede comer por la misma razón que no se puede comer
la sangre de animales.
Otra razón por la que no se debe comer la sangre de Cristo de
manera literal es porque su sangre era para hacer expiación, lo mismo que la
sangre de los animales que eran para expiación.
8. Esta creencia catolica, supone que este pan y vino son
literalmente Jesus en toda su deidad y humanidad; pero con sabores distintos,
lo que solo resulta ser solo una contradiccion, pero al catolico le parece
suficiente con decir que ese pan y ese vino es un Cristo literal en toda su
deidad y humanidad, pero que el sabor no lo sea, eso es absurdo. Un Cristo que
es literalmente Dios hombre, no puede tener accidentes.
9. Esta creencia supone que un catolico (al creerla y aceptarla)
abandonó su derecho a pensar y espera que sus lideres principales piensen por
ellos.
No pueden tomarse de manera literal las palabras de Jesus en Juan
6 cuando dice: "Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y
bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Juan 6:53). El
Señor acostumbraba hablar de manera figurada, por ejemplo decía “vosotros
sois la sal” “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:48); “Yo soy la
resurrección y la vida” (Juan 11:25); “Yo soy la vid
verdadera” (Juan 15:1), "Yo soy la puerta; el que por
mí entrare, será salvo" (Juan 10:9), “Ustedes son la sal
del mundo” (Mateo 5:13), etc.
Cuando Jesus hablo de comer su cuerpo y beber su sangre estaba
hablando de creer en El. Jesús dijo: "Yo soy
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; yel que en
mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35).
En este pasaje podemos ver de manera muy clara que Jesus esta
hablando de "el que a mi viene" y del "que
en mi cree" no tendra hambre ni tendra sed jamas.
Siendo Jesus el pan y su sangre el vino (jugo de uva) tiene sentido de que al "ir a El" y "creer en El" se sacia nuestra hambre y sed. Por lo tanto el comer y el beber significan creer en Cristo. Creo que este pasaje aclara si este "comer" y "beber" es algo literal o tiene un significado figurado, a saber "ir a Cristo", "creer en Cristo" como lo dice el mismo pasaje.
Siendo Jesus el pan y su sangre el vino (jugo de uva) tiene sentido de que al "ir a El" y "creer en El" se sacia nuestra hambre y sed. Por lo tanto el comer y el beber significan creer en Cristo. Creo que este pasaje aclara si este "comer" y "beber" es algo literal o tiene un significado figurado, a saber "ir a Cristo", "creer en Cristo" como lo dice el mismo pasaje.
Cuando el Señor Jesus dijo: "Mi comida es que haga la
voluntad del que me envió" (Juan 4:34). "Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia" (Mateo 5:6) no
hablaba de comer literalmente. Tampoco debemos de entender de manera literal el
que Jesus dijera que el pan era su cuerpo y el vino su sangre.
Un católico me dijo una vez que cada vez que la biblia usa los terminos
comer y beber en sentido figurado siempre se hace en sentido negativo. Pero
como podemos ver, Jesus en Juan 4:34, no usa la palabra comer en sentido
negativo. En Isaias 55 tampoco se usa en sentido negativo.
El Señor Jesus, había hablado a sus discípulos en alegorías. "Estas
cosas os he hablado en alegorias" (Juan 16:25). ¿Qué
le hace pensar al católico que el Señor Jesus no pudo haber hablado en sentido
figurado?
Cuando Jesus dijo: “Destruyan este templo y lo levantare
de nuevo en tres dias"(Juan 2:19) los judios interpretaron
esta declaración de Jesus de manera literal, el mismo error en el que los
catolicos caen cuando interpretan Juan 6 sobre el pan y el vino como cuerpo y
sangre de Cristo.
Los católicos citan Lucas 22:19 para demostrar que el pan era
literalmente el cuerpo de Cristo. El pasaje dice: “Y tomó el pan y dio
gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros
es dado; haced esto en memoria de mí”.
Pero como dice Norman Geisler y Thomas Howe: “El contexto
se opone a tomar esto literalmente. Todos concuerdan en que, cuando Jesús dijo
esto, se refería al pan. Lucas dice: "Tomó el pan, dio gracias, lo
partió... diciendo "este es mi cuerpo" (Luc. 22:19). Pero era obvio
para todos que el cuerpo verdadero de Jesús estaba sosteniendo el pan con sus
manos. Así, pues, ninguno de los discípulos presentes podría haber interpretado
que Jesús quería decir que el pan era su cuerpo verdadero”(Cuando los
críticos preguntan).
Ademas el mismo pasaje nos dice que se hacían en memoria de
Cristo.
Ademas de lo dicho, Jesus, cada vez que se llamo a si mismo con un
titulo comenzando con los términos “Yo soy” siempre fue en
lenguaje figurado en el evangelio de Juan. Lo que demostraría que cuando El se
llama a si mismo “El pan de Vida” El debe haber estado
hablando en lenguaje figurado.
Veamos unos ejemplos:
Veamos unos ejemplos:
1. Yo soy la Luz del mundo (Juan 8:12). Esto
es lenguaje figurado.
2. Yo soy la Puerta (Juan 10:9). Esto es lenguaje figurado.
3. Yo soy el Buen Pastor (Juan 10:11).Esto es lenguaje figurado.
4. Yo soy la Resurrección y la Vida (Juan 11:25-26). Esto es lenguaje figurado.
5. Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida (Juan 14:6).Esto es lenguaje figurado.
6. Yo soy la Vid (Juan 15:5).Esto es lenguaje figurado.
2. Yo soy la Puerta (Juan 10:9). Esto es lenguaje figurado.
3. Yo soy el Buen Pastor (Juan 10:11).Esto es lenguaje figurado.
4. Yo soy la Resurrección y la Vida (Juan 11:25-26). Esto es lenguaje figurado.
5. Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida (Juan 14:6).Esto es lenguaje figurado.
6. Yo soy la Vid (Juan 15:5).Esto es lenguaje figurado.
Pese a la evidencia, la iglesia católica quiere que creamos que es
literal la afirmación que Jesus hace de si, al llamarse “Yo soy el Pan
de Vida” (Juan 6:35).No, no podemos creer lo que a todas luces
se entiende de manera figurada.
El historiador y experto en Civilizaciones Will Durant escribio
que la creencia en la transubstaciacion como se enseña en el catolicismo romano
es "una de las ceremonias mas antiguas de las religiones
primitivas" (Will Durant, Historia de la Civilizacion pag.741).
En 1 Corintios 11:26 se refuta la falsa doctrina de la
transubstanciación. "Porque todas las veces que comiereis este
pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que
venga". La frase, "hasta que venga," nos
dice que Cristo no esta en la tierra físicamente. Eso quiere decir que Cristo
no es literalmente ese pan ni ese vino.
En 1 Corintios 11:28 leemos: "Por tanto pruébese cada
uno a si mismo, y coma así de aquel pan, y beba de aquella copa”. Si
el pan fue convertido en el cuerpo de Cristo, y la copa en la sangre de él,
¿por qué no dijo Pablo: "coma así de aquel cuerpo, y beba de
aquella sangre"?
El Papa Virgilio escribió unas palabras que perturban a los
católicos, las que quiero citar. Estas son: "La Carne de Cristo
cuando estaba en la tierra no estaba en el cielo, y ahora porque esta en el
cielo no esta en la tierra" (Cont. Eutiques 1, II).Este
papa contradijo la enseñanza de la transubstanciacion.
Una noticia que lei decía: "Buenos Aires, 11 de Febrero de 2002. En una nota titulada «Profanación», el arzobispo de Paraná, Estanislao Karlik, denunció que el viernes «una persona, que llevaba la hostia consagrada a un enfermo imposibilitado de salir de su hogar, fue asaltada por un delincuente que le arrebató la cartera con violencia y huyó con su compañero llevándose el Sacramento de la Eucaristía, que constituye el tesoro más grande de la Iglesia, porque contiene al mismo Jesucristo Nuestro Señor»..."
(http://www.zenit.org/spanish/visualizza.phtml?sid=16479).
Una noticia que lei decía: "Buenos Aires, 11 de Febrero de 2002. En una nota titulada «Profanación», el arzobispo de Paraná, Estanislao Karlik, denunció que el viernes «una persona, que llevaba la hostia consagrada a un enfermo imposibilitado de salir de su hogar, fue asaltada por un delincuente que le arrebató la cartera con violencia y huyó con su compañero llevándose el Sacramento de la Eucaristía, que constituye el tesoro más grande de la Iglesia, porque contiene al mismo Jesucristo Nuestro Señor»..."
(http://www.zenit.org/spanish/visualizza.phtml?sid=16479).
¿Se robaron al Señor Jesucristo, el cual es Dios-hombre? Eso es
absurdo, pero cabe en la mente católica.
Charles Chíniquy escribió esta anécdota: “¿Nos ha dado
Dios oídos para oír, ojos para ver e inteligencia para entender? ¡El Papa dice
que no! Pero el Hijo de Dios dice que sí: No entendéis ni comprendéis? ¿Aún
tenéis endurecido vuestro corazón? ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no
oís? ¿Y no recordáis?” (Mc. 8: 17 y 18). Esta apelación solemne de nuestro
Salvador a nuestro sentido común derriba la estructura completa de Roma. El
Papa lo sabe, por tanto, los Católico-romanos son advertidos a no confiar en el
testimonio de sus oídos, ojos e inteligencia. En la JeuneLorette vivía un
sacerdote jubilado que estaba ciego. Para ayudarle, los sacerdotes. Alrededor
de Qüebec lo cuidaban por turnos en sus casas parroquiales. Los concilios de
Roma han prohibido a los sacerdotes ciegos decir la misa, pero a causa de su
elevada piedad, él obtuvo del Papa el privilegio de celebrar la misa corta de
la Virgen que sabía perfectamente de memoria. Una mañana, el sacerdote anciano
estaba en el altar diciendo su misa.
Yo estaba en la sacristía escuchando
confesiones, cuando el joven sirviente vino y me dijo: –Le llama el Padre
Daule, por favor, venga pronto. Temiendo que algo hubiera sucedido a mi anciano
amigo, corrí a él. Lo encontré palpando nerviosamente al altar con sus manos
como en búsqueda de algo muy precioso. Llegando cerca de él, le pregunté: –¿Qué
desea usted? El respondió con un grito de angustia: –¡El buen dios ha
desaparecido del altar! ¡Está perdido! Con la esperanza de que estaba
equivocado y que sólo había dejado caer al suelo, por algún accidente, al buen
dios (Le Bon Dieu), hicimos la búsqueda más minuciosa, pero no encontramos al
buen dios. Al principio, acordándome de los miles de milagros que había leído
de desapariciones y maravillosos cambios de las formas del dios oblea, llegó a
mi mente que habíamos presenciado un gran milagro. Pero pronto cambié de
opinión. La iglesia de Beauport estaba habitada por las ratas más audaces
einsolentes que jamás he visto. Muchas veces al decir la misa, yo había visto
las trompas feas de variasde ellas. Fueron atraídas por el olor de la oblea
recién hecha. Querían desayunar el cuerpo, sangre, alma y divinidad de mi
Cristo. Pero como yo estaba constantemente moviéndome y rezando en voz alta,
las ratas invariablemente se asustaban y huían a sus escondites secretos.El
Padre Daule sinceramente creía lo que todo sacerdote de Roma está obligado a
creer: que él tenía el poder para convertir la oblea en dios. Inclinando mi
cabeza al angustiado sacerdote anciano, le pregunté: –¿No ha quedado, como
suele, un largo tiempo sin moverse en la adoración del buen dios después de la
consagración? Prontamente contestó: –Sí, pero, ¿Qué relación tiene eso con la
pérdida del buen dios? Repliqué en una voz baja, pero con un acento honesto de
angustia y asombro: –¡Algunas ratas arrastraron y comieron al buen dios! –¿Qué
me dice? –replicó el Padre Daule, –¿El buen dios, arrastrado y comido por
ratas? –Sí, –contesté, –no tengo la menor duda. –¡Dios mío, Dios mío! ¡Qué
calamidad tan horrible me ha ocurrido! –exclamó el anciano, levantando sus
manos y ojos al cielo, –¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué no me quitaste la vida
antes que me ocurriera semejante desgracia? No pudo hablar más, su voz fue
ahogado por sus sollozos.
Al principio, yo no sabía qué decir. Mil
pensamientos, algunos serios y otros sumamente absurdos,cruzaron mi mente. El
sacerdote anciano lloraba como un niño. Me preguntó con una voz quebrantada por
sollozos: –¿Qué debo hacer? Le respondí: –La Iglesia ha previsto sucesos de
esta índole y ha provisto para ellos. Lo único que tiene que hacer es conseguir
una oblea nueva, consagrarla y continuar su misa como si nada extraño hubiera
sucedido. Yo iré y le traeré una oblea nueva.Corrí a la sacristía y le llevé
una oblea nueva, la cual consagró y convirtió en un nuevo dios y terminó su misa
como le aconsejé. Después que terminó, llevé al desconsolado sacerdote anciano
por la mano a mi casa parroquial. Intenté calmar sus sentimientos diciéndole
que no era culpa suya; que este extraño y triste suceso no era el primero; que
había sido previsto por la Iglesia, la cual nos dice qué hacer en estas
circunstancias y que no había falta ni ofensa contra Dios ni los hombres de
parte suya. Esperaba que el sentido común de mis palabras le ayudarían a vencer
sus sentimientos, pero estaba equivocado. Sus lamentaciones eran tan amargas y
largas como las de Jeremías.
Por fin, perdí mi paciencia y dije: –Mi querido
Padre Daule, a nuestro gran y justo Dios no le agradasemejante exceso de dolor
y pesar por algo que estaba única y enteramente bajo el control de su poder y
sabiduría eterna. –Señor Chíniquy, –contestó, –veo que faltas la atención y
experiencia que tan frecuentemente falta entre los sacerdotes jóvenes. ¿No
comprendes la terrible calamidad que acaba de ocurrir en tu iglesia? Si
tuvieras más fe y piedad, llorarías conmigo. ¿Cómo puedes hablar tranquilamente
de algo que hace llorar a los ángeles? ¡Nuestro Salvador arrastrado y comido
por ratas! ¡Ay, gran Dios! ¿No sobrepasa esto la humillación y los horrores del
Calvario? –Mi querido Padre Daule, –respondí, –permíteme decirle
respetuosamente que sí entiendo, igual que usted, la naturaleza deplorable del
evento de esta mañana y yo hubiera derramado mi sangre paraimpedirlo, pero hay
que ver el hecho en su propia luz. No dependió de nuestra voluntad. Dios es el
único que podría haberlo previsto o impedido. Le diré claramente mi propia
opinión: si yo fuera Dios Todopoderoso y una miserable rata se acercara a mí
para comerme, yo la mataría antes que pudiera tocarme” (Cincuenta años
en la Iglesia de Roma).
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