La Soberanía Preeminente de Dios:
Todo obra para bien
Por: Dr. Félix Muñoz
“Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados. Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos
también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó – Rom
8:28-30”.
Como es de costumbre, es
sumamente importante hacer una observación de cada punto contextual, tanto
inmediato, literario como histórico cultural gramatical para comprender de
forma sana el mensaje expresado en las mismas Escrituras.
Escrito en el 57 d.C.
desde Corinto, utiliza el mismo ejemplo de tal ciudad y la conducta de los
creyentes de la región (la cual era una sumamente desorganizada) para llevar el
mensaje a la Iglesia en Roma. Utilizó el ejemplo de la misma para dar entender
a los creyentes su comunicado. Pablo había finalizado su trabajo en el Oriente
y pensaba visitar Roma rumbo a España, después de entregar la ofrenda a los
creyentes con escasos recursos económicos de Jerusalén (Rom. 15:23-28), la
mayoría de los que confirmaban la iglesia en Roma eran judíos, y el otro número
era gentil. Pablo presenta en esta carta una declaración organizada de la fe
que Dios desea.
Según el contexto inmediato Pablo expone la
libertad como resultado de la salvación (Rom.5:1-21), la libertad del dominio
del pecado, (Rom. 6:1-23), libertad del dominio de la ley (Rom. 7:1-25), y la
libertad para ser como Cristo (Rom. 8:1-39), la clave en el contexto inmediato
es la dirección del Espíritu en los hijos de Dios, su vigor divino para ser
como Jesús (Rom. 8:14). Basado en tal dirección divina y libertadora es que
comunica lo siguiente.
“Y sabemos
que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados”
Dios hace que todo coopere para bien
de los que le aman, de los que son llamados conforme a su propósito. ¡Puede que
no siempre parezca así! A veces, cuando estamos sufriendo un gran dolor, una
tragedia personal, desilusiones, frustraciones o la pérdida de un ser querido,
nos preguntamos qué bien puede salir de aquello. Pero el versículo siguiente
nos da la respuesta: todo lo que Dios permite que entre en nuestras vidas está
dispuesto para modelarnos conforme a la imagen de Su Hijo. Cuando vemos esto,
quedan eliminados los interrogantes de nuestras oraciones. Nuestras vidas no
están controladas por fuerzas impersonales como la casualidad, la suerte o el
destino, sino por nuestro maravilloso Señor personal, que es «demasiado amante
para no ser bondadoso, y demasiado sabio para equivocarse». Histórico
culturalmente, los filósofos estoicos creían que todo resultaba para bien,
desde el punto de vista de Dios, aun cuando ningún otro ser individual subsistiría.
El judaísmo creía que Dios era soberano y que estaba llevando la historia a su clímax,
cuando vindicaría a su pueblo y convertiría sus sufrimientos pasados para
provecho de ellos al recompensarlos. Para Pablo el último bien de estas adversidades
es su obra al conformar a los creyentes a la imagen que Dios desea que tengan. En
este texto hay varias palabras clave que arrojan luz al comunicado, la primera
es “Sabemos” del gr. “eido” que significa “conocer”, es una clara comprensión,
este verbo es utilizado en presente activo para “jorao” que en sí es “ver
perceptivamente”, alude tener un claro entendimiento sobre el tema. Claramente
está diciendo “como ya comprenden”. Los
únicos que pueden comprender son aquellos que “aman” a Dios, la palabra aman del gr. “agapao” se traduce de igual forma, amar, pero aquí habla en
sentido social y moral, alude un amor extremadamente fuerte e inclinado hacia
su objetivo del corazón. Tales personas que se inclinan hacia Dios con ese
afecto, son los que comprenden que todas las cosas (buenas o malas) “ayudan”, la palabra ayudan viene del
gr. “sunergeo” y significa “colaborar/cooperar”, proviene de “sunergos” que es “colaborador”, está compuesta de “sun” que es “unión
con/junto a” y de “ergon” que es “trabajar”,
alude una asociación para cumplir su objetivo laboral, en este caso “el desempeño o resultado de una actividad”.
Quienes han inclinado su afecto a Dios son los que comprenden que todo en la
vida, sea el suceso que sea, es una cooperación mano a mano para con Dios mismo,
aquí nos exhorta a creer fielmente e inclinarnos a comprender que todo en la vida
está dirigido por Dios en su soberanía, y que aunque sea algo de mal a nuestra
vida, lo veamos como un “bien”, la
palabra bien del gr. “agathos” significa
“beneficio”, aquí alude “algo provechoso”, este es un reto a comprender
claramente que hasta los sucesos malos en nuestra contra tienen un beneficio de
provecho para los que responden al amor divino amándole con todo el ser. Ahora,
esto es para aquellos que han sido convocados a su “propósito”, tal palabra del gr. “prothesis” significa “designado de antemano”, es un diseño
planificado para un fin específico, proviene de “prothemai” que es “colocar
antes”, compuesta de “pro” que es
“antes” y de “tithemi” que es “poner”,
alude “una exhibición al ojo público de algo planificado con anterioridad” esto
es lo que bien le llamamos preeminencia divina. Por ello afirma que en ese propósito
han sido “llamados”, del gr. “kletos” una
invitación a la santidad elegida por Dios mismo, ser parte de.
Porque
a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos
conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos
hermanos.
Ahora Pablo sigue el majestuoso
alcance del programa divino dispuesto para llevar muchos hijos a la gloria.
Primero, Dios nos conoció de antemano en la eternidad. Y no se trata de un mero
conocimiento intelectual. Por lo que respecta al conocimiento, Él conocía a
todos los que nacieron, nacen y aun nacerán. Pero Su conocimiento anticipado
abarca sólo aquellos a los que predestinó a ser modelados conforme a la imagen
de su Hijo. De modo que se trataba de un conocimiento que jamás podría quedar
frustrado. No es suficiente decir que Dios conoció de antemano a aquellos que
Él vio que un día se arrepentirían y creerían.
En realidad, es Su conocimiento
anticipado lo que asegura el arrepentimiento y creencia finales. Que pecadores
impíos fuesen un día a ser transformados en la imagen de Cristo por un milagro
de la gracia es una de las verdades más asombrosas de la revelación divina.
Naturalmente, no se trata de que vayamos jamás a tener los atributos de la
deidad, o siquiera que vayamos a tener la semejanza facial de Cristo, sino que
seremos moralmente como Él, absolutamente libres de pecado, y que poseeremos
cuerpos glorificados como el de Él. En aquel día de gloria Él será el
primogénito entre muchos hermanos. Primogénito significa aquí el primero en
rango u honor. Él no sería Uno entre iguales, sino Aquel que tiene el puesto
supremo de honor entre Sus hermanos y hermanas.
Algunos pensadores griegos
recalcaban el llegar a ser como la deidad, pero la idea de la imagen es más
prominente en fuentes judías. En el pensamiento judío la sabiduría era la
imagen más pura de Dios (cf. Col. 1:15) pero los textos judíos a menudo
hablaban de Adán o de la humanidad en general como hecha a la imagen de Dios (Gén.
1:26-27; 5:3). Los hijos de Dios serán todos conformados a imagen del primogénito
de la nueva creación, el postrer Adán (Rom. 5:12-21). Pablo hace un juego de
palabras para dar a comprender el mensaje de forma clara, primeramente, en
conformidad al propósito y preeminencia de Dios, “antes conoció” esta palabra del gr. “pronostikos” significa “saber
de antemano”, es en sí, conocer el
destino, compuesta de “pro” que
es “antes” y de “ginosko” que es “saber”,
está ligada a su mismo propósito, ya que para cumplir el propósito debe conocer
primero el fin destinado. Dios como un ser perfectamente preeminente (todo lo
conoce), el pasado, presente y futuro, siempre son su presente, y planificó
todo en base su conocer para que todo (bien
o mal) coopere en conjunto para nuestro bien y así hacernos parte de su plan. Por
ello nos “predestinó”, la misma
viene del gr. “prooridzo” y significa
“determinar antes/predeterminar”,
compuesta de “pro” que es “antes” y
de “joridzo” que es “determinar”,
esta palabra alude “tomar una decisión
ordenada antes de algún suceso”. La decisión que Dios tomó antes de la
eternidad fue conformarnos, la palabra “conformes”
viene del gr. “summorfos” y tiene
como significado “formar juntamente”,
es adjetivo de “sun” que es “junto
con” y de “morfe” que es “tener forma/ser semejante a”, imagine
un recipiente el cual le coloca agua dentro, por lógica, el líquido tomará la
forma del recipiente, el compuesto que es utilizado para llenar el envase no
puede tener forma por si solo o fuera del recipiente mismo, toma el molde, esto
demuestra que todo suceso en la vida está perfectamente organizado por Dios para
que su propósito eterno se cumpla en nuestra vida y tomemos la forma que Él
desea. El deseo de Dios es que tomemos forma en la “imagen” que Él eligió en su sabiduría perfecta, la palabra imagen
del gr. “eikin” significa “parecido”, alude una estatua, en este
caso una representación o copia exacta vista al ojo público. Pero la pregunta aquí
es, ¿una copia
exacta de qué o de quién?, la respuesta está en el “Hijo”, del gr. “juios” y significa “parentesco inmediato”, descendencia que ocupa el lugar. En este
caso alude nuestra posición en Él y los beneficios que recibimos en su persona,
esto es una íntima unión con el Padre y la participación de su propia
naturaleza. Cristo es el patrón/molde que Dios tiene para hacer de sus hijos lo
que Él desea, antes de su resurrección Cristo era el unigénito (Jn. 1:18), después
de su levantamiento de la tumba es el “primogénito”,
tal palabra del gr. “prototokos” y
significa “primero/cabeza”, compuesta “protos”
que es “primero” y de “tikto” que es “traer
adelante” alude “quien se distingue, el
principal”, en este caso la persona con alta responsabilidad ejemplar. En oriente,
si el compuesto familiar era numeroso y los padres no se encontraban en la
casa, los hijos menores tenían la obligación de seguir el molde del hermano
mayor para el buen funcionamiento familiar, por eso Pablo utiliza la palabra “hermanos”, la misma viene del gr. “adelfos” y significa “próximo” denota una unión del vientre, nacidos de mismos
padres, en este caso, hechos hijos por el Hijo para ser como Él. Aquí se cumple
el propósito eterno divino por el cual fuimos elegidos por el Padre, ser como
Cristo, por ello es que todos los asuntos o sucesos en la vida del creyente son
para bien, no hay mejor provecho en nosotros que ser como Jesús.
Y a los
que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también
justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
Todo aquel que fue predestinado en
la eternidad, a éste también llamó en el tiempo. Esto significa no sólo que oye
el evangelio, sino que responde también al mismo. Por ello, es un llamamiento
eficaz. Todos son llamados; este es el llamamiento general (pero también
válido) de Dios; pero sólo unos pocos responden; este es el llamamiento eficaz
(productor de conversión) de Dios. Y todos los que responden, a éstos también
justificó; se les da una posición absolutamente justa delante de Dios. Son
revestidos de la justicia de Dios mediante los méritos de Cristo y son por ello
aptos para la presencia del Señor. Y a los que justificó, a éstos también
glorificó. En realidad, no estamos aún glorificados, pero es algo tan seguro
que Dios puede emplear el tiempo pasado al describirlo. ¡Estamos tan seguros de
nuestro estado glorificado como si ya lo hubiésemos recibido! Este es uno de
los pasajes más enérgicos del NT acerca de la seguridad eterna del creyente y
la posición predestinada del mismo. Por cada millón de personas que son
conocidos de antemano y predestinados por Dios, cada uno de este millón serán
llamados, justificados y glorificados. ¡Ni uno faltará! (Jn. 6:37).
Sobre la predestinación Pablo habla
más claramente en el Cap. 9 de Romanos. La predicación de la predestinación o
conocimiento previo como hable sobre (Rom. 8:29) no cancela la voluntad humana,
en otras palabras, no invalida que una persona decida o no arrepentirse; la mayoría
del judaísmo aceptaba tanto la soberanía divina como la responsabilidad humana.
La idea de que uno tiene que escoger entre ellos es una idea posterior al NT
basada en la lógica griega. El máximo ejemplo lo podemos ver en Jesús (Mt.
22:1-14; Jn. 3:18; 6:35-40), Pedro se basa en ello para afirmar que es voluntad
de Dios que todos procedan al arrepentimiento dando entender ambas partes, la
Soberanía divina y la misma responsabilidad del hombre (2 Ped. 3:9), la
responsabilidad humana no invalida la soberanía de Dios, y la soberanía de Dios
no quita la responsabilidad que el hombre tiene ante Él.
Para explicar mejor esto, Pablo hace
uso de varias palabras clave en el texto, la primera es “llamó” del gr. “kaleo”
significa “invitar”, en este caso
alude “dar nombre propio/identidad”
tener una persona en consideración (Eje. Mt. 22:1-14; 2 Ped. 3:9 como antes
mencioné). Los que aceptaron la consideración de su llamado, a esos, Dios los “justifico”, la misma viene del gr. “dikaiooo” y significa “hacer inocente”, libres de pagar por
sus faltas, aquí alude la responsabilidad de la persona, aquel que es deudor es
responsable por su deuda, al acudir a su llamado, el quita la misma, la justificación
divina en aquel que acude a su invitación salvífica es la proporción vigorosa
de Dios para tener un carácter correcto, para ser recto y apropiado para lo que
Él desea. A esos que Dios justificó, de igual forma y bajo el mismo principio
los “glorificó”, la palabra
glorificó viene del gr. “doxadzo” y
es “honrar”, alude exaltar
su dignidad, en este caso la dignidad caída del hombre en el Edén, Dios
la restablece en aquél que cree mediante el Hijo por la regeneración del
Espíritu, el creyente tendrá cuerpo glorificado como Cristo (1 Cor. 15:35-57),
pero no podemos perder de vista que la dignidad caída en el huerto ha sido restablecida
por Cristo en el creyente como un hecho posicional celestial, para poder vivir
condicional terrenal (Efe. 2:6; Col. 2:9-10; 2 Ped. 1:4; Heb. 10:14), la
dignidad del hombre es establecida nuevamente por Cristo, al ser hechos como Él,
para poder expresarlo a Él.
Todo en la vida del creyente está
organizado para que Cristo exprese su vida en nosotros, no hay mayor bienestar
que ese, ser como el Hijo por el poder de su Espíritu en conformidad a las
Escrituras. No podemos perder la perspectiva de que, todo en la vida está
eternamente diseñado para su entrenamiento divino, Cristo en nosotros (Gál.
2:20).
- - Dr.
Félix Muñoz
www.vidayverdad.eu
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