Los lingüistas han intentado durante muchos años descubrir las relaciones entre los sonidos de las distintas lenguas con el propósito de identificar un origen evolutivo común para toda la humanidad.
Se puede decir sin temor a equivocarse que no han tenido éxito. Los lingüistas asumen que se requerirían decenas de miles de años para que se formasen las lenguas modernas, pero la historia de Babel indica que las lenguas modernas comenzaron en su forma básica hace sólo unos miles de años. Se nos dice en Génesis capítulo 11 que antes de los acontecimientos de Babel, la humanidad hablaba un solo idioma.
Por lo tanto, los idiomas modernos comenzaron a desarrollarse sólo hace unos miles de años, no cientos de miles.
Las opiniones tradicionales de la evolución afirman que el ritmo de cambio en los organismos es extremadamente lento. Hoy en día obviamente el cambio evolutivo es imperceptible. No se puede observar! Teorías más recientes, como la del equilibrio puntuado, sugieren la evolución mediante cambios rápidos para poder justificar la ausencia tanto de eslabones perdidos y como de cualquier evolución observada.
Es desafortunado para los lingüistas evolutivos que no puedan hechar mano de las mutaciones lentas, ni tampoco del cambio rápido en pequeñas poblaciones, para poder apuntalar la teoría evolutiva del desarrollo del lenguaje.
Las mutaciones no se aplican al lenguaje.
El cambio rápido va muy en contra de la teoría popular del lenguaje según la cual las pequeñas sociedades cambian su forma de lenguaje más lentamente que las grandes. En otras palabras, los lingüistas que creen en la evolución se han trabado la lengua en cuanto a cómo se originaron las lenguas modernas.
¿Cuánto tiempo necesita un idioma para desarrollarse?
Las diferencias entre inglés americano y el ingles británico hoy en día, o entre el español sudamericano y el español castellano, o entre el holandés y el afrikaans indican que en el espacio de unos pocos cientos de años se ha producido un cambio suficiente en las lenguas aisladas de forma que puedan ser calificadas como idiomas diferentes, a pesar de que proceden del mismo trasfondo.
En una escala más amplia, el inglés y el alemán parecen proceder de un ancestro común protogermánico. Las palabras comunes como “water” y “wasser” indican que esto es así. Pero este ancestro común tenía que haber existido por lo menos hace 3.000 años para justificar la aparición de tales formas diferenciadas de utilizar las palabras (por ejemplo, “ich spreche nicht deutsch” vs. “I don´t speak German“). Si todas las lenguas han evolucionado a partir de un ancestro común de la misma manera que lo ha hecho el inglés y el alemán, se necesitaría un tiempo increíblemente largo para lograr esta amplia variedad de idiomas.
Algunos han sugerido un período de al menos 300.000 años para que todos los idiomas del mundo se derivasen de un antepasado común.1 Aún así, la opinión de que todos los idiomas podrían haberse desarrollado partir de un primitivo idioma inicial presenta varias dificultades.
Existen barreras naturales en el lenguaje que impediría que tal cosa suceda. Los ingleses nativos se divierten cuando escuchan hablar inglés a una persona con una legua materna diferente. La razón no es que la persona de habla inglesa no nativa no pueda pronunciar las palabras en inglés correctamente, sino que las pronuncia con su ritmo de discurso nativo que es totalmente diferente del ritmo del habla inglesa.
Por esta misma razón, la gente de una lengua nativa diferente piensan que los ingleses hablan de una forma extraña. Así que una lengua es más que palabras y palabras usadas en orden; son también palabras que se pueden utilizar en un tipo particular de ritmo que se comunica a los usuarios del mismo idioma.
Para cambiar un idioma a fondo, se necesita cambiar todos sus atributos, es decir, palabras, patrones de palabras y ritmos del habla. El cambio de ritmos del habla es uno de los atributos más difíciles de alcanzar.
Los niños parecen aprender esto mientras todavía están en el vientre.2
Parece, por tanto, que la única manera de cambiar un ritmo de lenguaje natural, sería que todas las mujeres embarazadas fueran mudas y luego que se mudaran a otro país donde tuvieran contacto únicamente con otros idiomas que siguieran diferentes ritmos. Los estudios lingüísticos indican que las lenguas no parecen cambiar de ritmo por descendencia evolutiva, no importa el tiempo que tengan.
En base a lo ocurrido en Babel, no necesitamos cientos de miles de años para explicar el origen de las lenguas que escuchamos hoy. El texto del Génesis afirma que en Babel, Dios confundió su único idioma (v.7) y dispersó a la gente sobre la superficie de la tierra (v.8)3
Babel fue una rebelión comunitaria contra las instrucciones de Dios4 de llenar o rellenar toda la tierra después del Diluvio de Noé. La confunsión de la lengua, es decir, del medio que estaba siendo usado por las gentes para alcanzar su acuerdo común en contra de Dios, fue un castigo idoneo.
¿Pero que ocurrió en Babel? ¿Cómo confundió Dios el idioma? Sería conveniente observar en primer lugar cómo realmente se produce la comunicación o el lenguaje entre las personas. Este estudio muestra que hay al menos cuatro formas de distorsionar una lengua para llegar a crear confusión y proporcionar así la base para un idioma nuevo y diferente.
Mensaje distorsionado
La conversación entre una persona (el orador o la fuente) y otra persona (el oyente o el receptor) se produce gracias a un medio determinado (el aire).
Cuando un camión enorme pasa por delate suyo mientras usted está hablando con un amigo, su mensaje se distorsiona por el ruido. Su amigo ya no puede saber exactamente qué es lo que usted está tratando de decir. El ruido de camiones interfiere con sus palabras.
Si el ruido continúa causando tal confusión ambas partes renunciarán a comunicarse y se alejarán del ruido. En tal caso su discurso se ha distorsionado en el camino del uno al otro, en el aire.
La confusión de babel podría haberse logarado al hacer Dios uso de cualquier deformante o cambiar fenómenos entre los hablantes y oyentes.
Algunos creen que este procedimiento fue usado de forma inversa en Hechos 2: 4-8, de modo que Dios habría cambiado los mensajes de los que hablaban lenguas extranjeras en muchos idiomas humanos diferentes en camino del orador al oyente. Lo mismo pudo suceder en Números 22: 28 donde el burro puede haber rebuznado en lenguaje burro, pero fue oído al hablar en palabras humanas por Balaam.
Dios es perfectamente capaz de reordenar las moléculas de aire durante el tiempo suficiente para causar confusión, por lo que la gente dejaría de tratar de entender las conversaciones y se alejarían.
El problema con esta propuesta es que para cambiar un aspecto básico del idioma debería haberse mantenido durante mucho tiempo. La historia de Babel en el Génesis indica que la confusión ocurrió durante un corto período de tiempo, a fin de lograr una rápida distanciación.
Mensajero distorsionado
Algunos han sugerido que la gente de Babel eran incapaces de hablar correctamente o dar un mensaje claro, similar por ejemplo, a los efectos que le suceden a una persona cuando se emborracha, o utiliza algún fármaco con efectos similares al alcohol su forma de hablar se distorsiona.5
Una vez más el problema con esta alternativa es que Dios habría tenido que mantener los efectos durante el tiempo necesario para permitir que las personas se separaran e inventaran y dominaran las nuevas formas de hablar.
Aunque un procedimiento de este tipo ciertamente habría causado confusión, se habría requerido un tiempo muy largo para la producción de cualquier modelo nuevo de lengua. Por lo tanto, es poco probable que este método fuera utilizado para producir nuevos idiomas en Babel.
Receptor Distorsionado
La tercera posibilidad es que Dios hiciera que la gente de Babel sufriera temporalmente sordera (parcial o totalmente) durante varios años. La gente habría hablado pero no habría podido oír correctamente, ni siquiera a sí mismos (Los receptores estarían distorsionados). El término hebreo shama (שָׁמַע), traducido entendido en Genesis 11:7, tiene el significado básico de escuchar. Si se tratara de su audiencia que fue afectada en Babel, se produciría el efecto siguiente: Durante los años de tal sordera, sólo ciertos sonidos serían audibles tanto para los hablantes y como para los oyentes.
Cuando la siguiente generación llegó, los niños aprenderán totalmente nuevas formas de expresión, particularmente diferentes ritmos de habla. Incluso hoy en día las personas sordas se enfrentan con dificultades para comunicarse. Esto es particularmente así porque, aunque están usando las mismas palabras que sus oyentes, hablan utilizando diferentes ritmos del de los utilizados por sus oyentes.
Lo hacen sobre todo porque no pueden oírse a sí mismos.
Los idiomas distinguibles después de Babel debido al ritmo del habla harían que la gente finalmente se separaran más a fondo que las que simplemente tenían sonidos diferentes, por lo que parece razonable sugerir que también se habrían producido tales cambios en los sonidos, sobre todo teniendo en cuenta el número de familias lingüísticas distintas en el mundo de hoy.7
Como lingüista creo que el mecanismo natural más probable que Dios pudo haber usado para causar la confusión en Babel fue una sordera impuesta.
Existe otra alternativa. Dios pudo haber simplemente dado a los hombres nuevos y distintos patrones de lenguaje totalmente incorporados al igual que lo hizo con el primer hombre, Adán. Sin duda hubiera sido rápido y hubiera provocado una confusión total. La consecuencia inmediata sería la separación rápida en nuevos grupos lingüísticos, preparándose el escenario para el inicio del desarrollo de las lenguas modernas.
Sin embargo, el texto del Génesis no va tan lejos como para decir que Dios dio a la gente nuevas lenguas; se limita a decir que Dios confundió el lenguaje de ellos. Así que sospecho que esta sugerencia va un poco demasiado lejos para ser correcta.
Los sucesos de Babel enseñan que el propósito de Dios fue eliminar el elemento común en el habla de los hombres tanto para permitir y para forzar a la humanidad a obedecer su orden sabia de poblar el mundo entero. Lo consiguió con la mayor eficacia posible. Cualquier intento de revertir esta situación mediante una nueva y uniforme lengua en el mundo está abocado al fracaso.
Autor: Charles Taylor.
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