Medios cristianos con discernimiento han estado cubriendo la saga de conversión de Kanye West con un ojo cautelosamente optimista pero crítico durante bastante tiempo.
Muchos han instado a darle tiempo para mostrar sus frutos, se ha mantenido la posición de que si West realmente ha nacido de nuevo, las críticas no se lo quitarán. De hecho, como una figura popular muy visible, y que ahora reclama a Cristo, esto lo coloca en una posición para ser examinado públicamente por sus palabras, acciones y asociaciones.
Eso es lo que se está haciendo. Primero, se informó que Kanye West, durante uno de sus famosos servicios de “adoración” los domingos por la mañana, predicó a la multitud en apoyo de herejes como TD Jakes y defendió a los mormones y católicos afirmando que “todos tenemos el mismo evangelio”. Por supuesto, los cristianos que creen en la Biblia saben que eso no es cierto y que es una posición peligrosa para mantener.
Luego, se informó que Joel Osteen se estaba acercando a él para intentar que fuera a su iglesia. El temor era que Kanye fuera arrastrado por estos lobos vestidos de ovejas porque, como todavía es muy obvio, Kanye West sigue siendo adicto a la fama y la celebridad. Esos temores demostraron ser ciertos, West apareció en la iglesia de Osteen y mientras estuvo allí, se promocionó implacablemente en el escenario.
Ahora, parece que West y Joel Osteen están en plena asociación, ya que TMZ informa que los dos planean un gran mega evento en 2020 donde predicarán junto con la esposa de Osteen, Victoria.
El informe dice que fuentes cercanas a TMZ dicen que planean que Osteen predique su sermón, luego que West “haga lo suyo” con la música. Pero si la historia se repite, como lo hizo en Lakewood hace unas semanas, West estará allí promoviéndose y predicando también. Veremos.
Se espera que el evento se agote con 54,251 asientos, diez mil más que Lakewood. Realmente los cristianos bíblicos no quieren ver a Kanye escaparse y ser devorado por falsos maestros y un falso evangelio, pero el problema es que Kanye West sigue siendo el centro de atención cuando no es necesario. Si él es, y de nuevo, realmente se espera que él sea, verdaderamente un creyente nacido de nuevo, es hora de dejar el púlpito auto proclamado.
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