UNA MUERTE, BETHEL CHURCH Y CHRISTINE D´CLARIO

Sitios de noticias como Univisión, Yahoo, Infobae y mucho más replicaron ya la noticia. Olive, una niña de dos años murió hace unos días y sus padres amorosos —Andrew y Kalley Heiligenthal—, convocaron junto con Bethel Church, su iglesia, a orar por resurrección. Christine D´Clario, amiga de la familia, también convocó a través de sus redes sociales a que se orara. En sus propias palabras:

«La bebita de mi amiga Kalley dejó de respirar el sábado y los doctores la declararon muerta. Estamos orando y creyendo junto a ella y su esposo que Dios la puede levantar y traerla a vida nuevamente. La familia de Bethel, la iglesia global, amigos y familia estamos unidos en oración creyendo por el milagro de resurrección. Por favor toma un tiempo y levanta un clamor para que la pequeña Olive regrese a la vida. Despierta Olive».

Cuando ves a los músicos dirigiendo la adoración, a la iglesia en intercesión y hasta los padres llamando a la vida a Olive, experimentas sentimientos encontrados. Mientras te duele pensar que pudo haber sido tu hija e intentas ser empático con ellos, te preguntas: ¿orar 5 días para que resucite? ¿Hasta ese grado de negación podemos llegar como cristianos?

Casos de este tipo no son nuevos. A veces pasan, pero no se vuelven tan mediáticos como el de Bethel Church. Hace unos años, un amigo murió sorpresivamente. Yo estaba de viaje en Costa Rica. Un amigo pastor me escribió por chat. Estábamos conectados en tiempo real:

—Noel, Fulano murió—.

—¿Qué pasó?—, respondí alarmado. Después de explicarme lo sorpresiva que fue su muerte, pasó a relatarme una historia de negación. Sí, como la de Bethel.

—Al enterarnos—, me dijo —Llamamos por teléfono a la iglesia para preguntar a qué hora sería el velorio. "¿Qué velorio? ¡Culto de resurrección!", nos respondió la recepcionista. En la noche llegamos vestidos de negro, pero en un momento del servicio nos mandaron a sacar. Nos dieron a entender que por llegar de negro éramos unos incrédulos y tuvimos que salirnos.

—¡No puede ser!—, dije sorprendido.

—Noel, oraron 3 días seguidos por resurrección hasta que la municipalidad les dio la orden de enterrar el cuerpo. Pero aún en el entierro dejaron entrever que seguirían orando por resurrección—, finalizó mi amigo.

Estos relatos son reales. Solo recordar la muerte de mi amigo y ahora leer lo que acaba de pasar en Bethel, me da sentimiento y compasión. Pero también preocupación. ¿Así es nuestra teología del sufrimiento? ¿De verdad, como cristianos, nos cuesta aceptar la realidad? ¿Con qué lentes estamos leyendo la Biblia?

Este caso es similar al caso del cantante guatemalteco Julio Melgar. Mientras que con Julio pastores, cantantes y miles de creyentes quisieron forzar a Dios a que lo sanara a punta de decretos y declaraciones; con esta pequeña a punta de adoración y declaraciones tipo "¡Despierta Olive!".

¡Qué dolor el de estos padres! ¡Qué dolor para esta iglesia!

Me cuenta un amigo que Bethel ya emitió un comunicado.

Yo solo puedo orar por ellos y reflexionar que como iglesia debemos releer mejor nuestras Biblias.

Material tomado de la página oficial de: Noel Navas / La Aventura de Componer.

PD: el portal Infobae escribió un muy buen artículo donde detalla el caso y hasta postea los videos de Bethel orando. Me sorprendió que sin ellos ser cristianos, Infobae fue bastante comprensivo al redactar la nota. Pueden leerla aquí: http://bit.ly/2Qc7lg7