Todo el movimiento carismático no es más que una burla del Dios de la Biblia. Seamos claros, Dios odia el carismático. Es blasfemia, idolatría y absoluta maldad de un extremo del espectro al otro. Las prácticas del movimiento carismático no son de Dios, ni del Espíritu Santo, ni un reflejo de Jesucristo. Son demoniacos.
Sin embargo, ver a tanta gente caer presa del movimiento es desalentador. Que tantos puedan ser engañados para creer y perseguir señales y maravillas falsas debería hacernos sentir lástima por ellos. Que algunos se entreguen tan completamente que prácticamente entregarían sus vidas y sus medios de vida a los vendedores ambulantes y charlatanes que se aprovechan de las personas es frustrante, y eso es un eufemismo.
Aquí hay una falsa profetisa carismática que fingió su muerte, hizo que la gente viniera a depositar dinero junto a ella y luego fingió su resurrección. Está enfermo que la gente se engañe tanto con tal error. Sería cómico, pero el hecho es que muchos realmente creen esto y están dispuestos a darle dinero a esta mujer. Es realmente repugnante.
Fuente: reformation charllote
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